"Todas las semanas pasa algo en el barrio", expresó un vecino de Villa Farrel del este de la ciudad de Neuquén. Los contantes robos, hechos de inseguridad y hasta episodios violentos que vienen atravesando generan hartazgo en los residentes que no saben a quién acudir para solucionar estos problemas.
En comunicación con Mejor Informado, Sebastián detalló que lo último que sucedió fue este jueves a las 00:42 de la noche cuando unos individuos en moto intentaron ingresar a un complejo de departamentos de la calle Avellaneda. A pesar de estar entre Alderete y Juan XXIII -que son totalmente transitadas-, es muy oscura y al caer la noche, "es tierra de nadie".
"Dos motos con dos personas en cada una trataron de violentar el portón. Calculamos que fue para entrar a ver qué podían sacar o qué puerta podían romper para entrar", agregó.
Además, explicó que si bien realizan denuncias policiales constantemente, esto no ha arrojado soluciones. "Hay muy poco control policial, no hay policías que patrullen", continuó.
Tras este violento hecho, si bien los ladrones no lograron entrar, la cerradura se quebró y los departamentos quedaron casi sin resguardo. Por esto, una de las vecinas se comunicó con la Policía del barrio y pidió que refuercen los patrullajes.
"Nos hemos dado cuenta que hay autos que frenan, se quedan ahí con las luces apagadas, con una persona adentro, y son los que están campaneando y que van diciéndole a las motos a dónde ir o a dónde no ir", detalló.
Esta situación desborda a los vecinos que están cansados porque no tienen "ningún tipo de resguardo ni contención de parte de la policía". "La inseguridad ya es constante, no podemos entrar ni salir tranquilos, tenemos que estar fijándonos entre todos", agregó.
Incluso, Sebastián comentó cómo se han vuelto costumbre los robos en plena calle. "A una vecina la trataron de arrinconar, le tiraron las motos encima para que no se pueda ir", explicó sobre otro caso que ocurrió semanas atras.
"Nos estamos cuidando entre nosotros como podemos pero ya no sabemos qué hacer", concluyó con indignación. Este, y otros hechos constantes, no dejan al barrio dormir tranquilo.