Un grupo de documentalistas quisieron registrar la vida de los habitantes mas conocidos de la Antártida y para eso colocaron una cámara dentro un "huevo" como anzuelo. Un ave robó ese "huevo" que no era otra cosa que una cámara de video con capacidad para grabar 12 horas.
En su recorrido, el ave logró captar increíbles imágenes de la vida de esos animales en el continente helado.
La grabación permite ver varios ejemplares de penacho amarillo en la numerosa colonia, con otras cámaras instaladas camufladas entre las rocas y el "huevo" como anzuelo.