La Canciller alemana Angela Merkel está de visita en Israel en uno de los momentos más bajos de las relaciones bilaterales entre ambos países. Pese a que ambos Estados se esfuerzan por mantener buenos lazos de amistad y alianza, comentaristas locales no ocultan que la química entre ambos dirigentes es escasa, la desconfianza abunda y las diferencias de opinión son evidentes.
En medio de esta visita, una foto incómoda se ha convertido en protagonista. La sombra del dedo del primer ministro israelí se proyecta sobre la cara de Merkel, haciendo parecer que la canciller alemana tiene un bigote al estilo de Hitler.