OPINION: MARIO NICO GONZALEZ

La lluvia y el viento no pudieron con Neuquén

La conformación del Comité de Emergencia por parte de la provincia y las medidas anunciadas desde el gobierno municipal para afrontar el temporal, con la previsión de los centros de acogida de evacuados, lugares de recepción de donaciones y teléfonos para asistir a las familias en situaciones apremiantes fue una verdadera pieza de relojería.
lunes, 7 de abril de 2014 · 16:12

Cuando comenzó el alerta meteorológico se autoconvocaron los funcionarios de la municipalidad y del gobierno de la provincia con la finalidad de coordinar acciones. El  Ministro de Gobierno, Gabriel Gastaminza,  el Intendente Horacio Quiroga, el Secretario de Coordinación, Marcelo Bermúdez, y la Directora de Defensa Civil de la provincia, Vanina Merlo, anunciaron una serie de medidas ante la inminencia del desastre meteorológico previsto para este lunes.

La conformación del Comité de Emergencia por parte de la provincia y las medidas anunciadas desde el gobierno municipal para afrontar el temporal, con la previsión de los centros de acogida de evacuados, lugares de recepción de donaciones y teléfonos para asistir a las familias en situaciones apremiantes fue una verdadera pieza de relojería, inusual para este tipo de situaciones. Lo hemos visto a lo largo y ancho del país, donde el emblemático ejemplo de la ciudad de La Plata todavía permanece fresco en nuestra retinas.

Neuquén es una ciudad que no está preparada para este tipo de flagelos climáticos, su régimen de lluvia anual, sus problemas estructurales, su fallas en la planificación y los parches de que está constituida, los agregados que se fueron sumando al casco original forman parte de la anatomía de la ciudad; una suerte de Quasimodo que genera gran actividad económica y comercial. Esta metrópolis que aspira la actividad de toda la región tiene enormes dificultades para su gestión diaria. Imagínense entonces lo que es enfrentar una situación como la que se dio en las últimas horas, pero la buena gestión de crisis ensayada entre los dos niveles del Estado dieron cobertura a la emergencia con solvencia e idoneidad. 

El paisaje de la ciudad inundada en un 80 por ciento es desolador, las obras que requerirá para su reconstrucción, el daño en las economías familiares, son algunas de las consideraciones que se hacen desde el punto de vista material. Es un reflejo periodístico. Pero de que estaríamos hablando a estas horas sí la coordinación de las acciones de asistencia y rescate de la población no hubieran sido las adecuadas. Por suerte los números se refieren a cosas materiales y no a personas.

Faltan 24 horas todavía para que todo pase, aun queda el viento y los estropicios que pueda realizar esta tarde, pero lo que hay que rescatar es que no todo está perdido. Aun queda la solidaridad y la vocación de servicio de los servidores públicos. Y hoy han dejado constancia de ello. Neuquén no lamenta ningún muerto y las peleas de la política han dado lugar al hombro con hombro para enfrentar la adversidad. Una buena en medio de tanto descontento habitual.

M.E.G.

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