NEUQUEN

La seguridad, según el jefe de la Policía neuquina

Conceptos reveladores del comisario Raúl Liria, en un reportaje del canal 24/7.
miércoles, 9 de diciembre de 2015 · 09:14

 

 

La policía neuquina pretendió incorporar 600 agentes en 2015, pero apenas pudo superar los 450. De los jóvenes que se presentaron, muchos no pudieron ingresar por mal estado físico. Se presentan más mujeres que varones. Y hay dos ciudades que proveen la mayor cantidad de nuevos policías: Chos Malal y Zapala.

Esto es solo parte de las revelaciones que hizo el jefe de la Policía de Neuquén, Raúl Liria, en el programa Sin Pelos TV, que se emite por el canal de noticias 24/7. En un panorama general que se quiso hacer sobre el tema seguridad, el comisario neuquino habló sin tapujos sobre una realidad contradictoria, en la que el delito aumenta (si no en cantidad, sí en calidad agravada) y al mismo tiempo las cárceles tienen cada vez menos presos.

La preparación de la policía, la capacitación, el sistema de ingreso, fue uno de los puntos relevantes de la charla. Es llamativo que haya más mujeres que varones que se presentan a la permanente oferta de incorporación que hace la fuerza. No hay más mujeres por una cuestión de cupo autoimpuesto en la policía. Las mujeres en la fuerza no pasan del 10-15 por ciento del total. Pero es evidente que ser parte de la policía es cada vez más una aspiración femenina.

El tema de los diagnósticos físicos también es llamativo. Según Liria, un alto porcentaje de los jóvenes (la mayoría aspira a ser policía con 18 ó 19 años) presenta problemas en la columna vertebral. Se rechazan estos aspirantes porque pueden tener problemas mayores después, y no tener una respuesta física adecuada a las exigencias del servicio. Quedará para los equipos de salud provincial determinar por qué un porcentaje importante de la juventud tiene deficiencias en la columna vertebral.

Otro tema que convoca a mayores interrogantes es el déficit constante de incorporación para cubrir el cupo necesario de policías en la provincia. No se llega a los objetivos cuantitativos en este punto. Los pibes no quieren ser policías, en su mayoría. Dice Liria que la atracción de trabajos mejor remunerados incide. El petróleo, el mismo Estado en otros ámbitos, con menores riesgos. Lo cierto es que la batalla entre pibes chorros y pibes policías parece desbalanceada.

No es menor lo que se apunta en lo que hace al delito, y en particular, a las bandas organizadas, con larga historia en ciudades grandes, como Neuquén. Dice Liria que las bandas capitalinas no son más de ocho. Se conocen sus miembros, pero muy de vez en cuando se logra sacarlos de la circulación mafiosa del crimen. "Tratamos de hacer un trabajo prolijo, de acumular antecedentes, pero es difícil”, dice el comisario. Es evidente que el nuevo Código Penal Procesal neuquino tiene efectos no deseados por la policía. Es sorprendente que de una época en la que se reclamaba construir más cárceles, se haya pasado a otra en la que las cárceles existentes son más que suficientes, al punto de que hay algunas con mínima población de internos.

 Rubén Boggi

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