Ayer, alrededor de las 18.30, el viento comenzó a soplar con rudeza en el Este mendocino. En el distrito La Dormida se registraron cortes de energía eléctrica.
A su paso, el viento derribó unos 400 árboles y se volaron dos techos de viviendas. La ruta 50 quedó intransitable por la caída de los forestales. Recién pasadas las 20 empezó a llover.
El fenómeno es parte del alerta que había lanzado desde temprano el Servicio Meteorológico Nacional. Los meteorólogos habían anunciado que las tormentas serían "localmente fuertes, con gran actividad eléctrica, ráfagas de viento y caída de granizo”.
Varias familias fueron asistidas con nylon, agua potable y víveres. Las tareas se realizan en total oscuridad ya que se calcula que unos 20 km de tendido eléctrico de alta tensión se han cortado.
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