HISTORIAS EN PRIMERA PERSONA

Sí, llovieron rosas en Zapala

La cupé azul que lo llevó a la gloria, también lo encerró entre sus fierros para siempre. Uno de los primeros ídolos de Neuquén.
jueves, 12 de septiembre de 2019 · 10:54

La misma cabina de la cupé Plymouth 1034 que lo vio vencedor en la carrera Argentina-Chile para ser Campeón Argentino de TC, lo abrazó para siempre junto a su esposa Juana Arze. Cuando los hierros retorcidos terminaron con la vida del matrimonio, un ramo inmenso de rosas rojas tomó vuelo propio y sus pétalos suspendieron un color inmortal en el cielo zapalino. Esa mañana Arturo Kruuse llegaba por última vez a la bandera a cuadros de los 79 años de edad.

Ese 11 de octubre, la “catanga” azul con el número 39 en la puerta llevaba a la pareja hacia la iglesia, pero el encontronazo con un camión los hizo recuerdo para siempre. Su nieta, María Noly Dagmar Kruuse, relata cada minuto de la vida de su abuelo como si los estuviera viviendo. En su voz cruza también el rugido de los antiguos motores de los autos que hicieron historia en el automovilismo argentino. Pero se oye entremezclado con los recuerdos familiares, con la fiesta que le hicieron en el pueblo, donde le entregaron a Kruuse ese ramo de 32 rosas rojas. También que sus abuelos –entre risas por una anécdota de un vecino que murió el día de su cumpleaños- dijeron: nosotros no hemos sido malas personas y nunca le hemos pedido nada a Dios, pero si algo le queremos pedir es que nos lleve juntos. Eso fue media hora antes del accidente.

Arturo y Juana vivían a tres cuadras de la Iglesia y apuraron la salida porque ya se había escuchado la primera campanada, convocando a la misa. Ya subidos en el auto, Juana pidió que le alcanzaran el ramo de rosas y partieron por la avenida San Martín. La imagen que cuenta María dura sólo un par de trágicos instantes: una hermosa sonrisa de la pareja / el sol de frente / la catanga altiva con toda la historia sobre el color azul / el camión que los embiste / el impacto sordo que apaga los motores / los cuerpos volando por el aire zapalino / la nube de pétalos rojos acolchando la leyenda.

“Ese día llovieron rosas rojas en Zapala”, dice María. “Y te aseguro que hasta los animales lloraron esas muertes”.

HISTORIAS A FONDO

En el programa “Viaje al puerto de la noche”, los lunes hay espacio para recuperar la vida y la pasión de quienes hicieron carrera en el automovilismo deportivo. Allí, Sergio Sarachu y Oscar Lorenzo Scalerandi, dialogaron con una de las nietas de Kruuse, actualmente radicada en una chacra cerca de Las Lajas y ya alejada de las aulas que la tuvieron como protagonista toda la vida.

En esa emisión, uniendo la radio AM 550 con el canal 24/7 Noticias, se corrió a fondo por la historia de este hombre que llegó a Zapala con 11 años, que se casó con su cuñada (viuda de su hermano) y que abrazó la pasión de las carreras de autos, convocando y enfervorizando a todo un pueblo y buena parte del país. Un relator porteño unió el cabello típico danés de Arturo con la visión de un Neuquén poblado de aborígenes, para apodarlo “El indio rubio”. Ese apodo no hizo más que confirmar el gran impacto que causó en el país que este hombre de los confines del sur ganara la carrera que unió Argentina y Chile en 1935, para alzarse con el campeonato nacional de ese año.

Uno de los primeros deportistas que llevó el nombre de Neuquén a la pasión y los medios de comunicación de todo el país, protagonizó el comienzo de la historia del automovilismo deportivo, en épocas donde una carrera cruzaba por 12 provincias y cubría unos siete mil kilómetros. Gran parte de esos caminos era sólo huellas polvorientas y atestiguaban el arreglo artesanal de los fierros y los motores, el reabastecimiento de combustible, la ayuda entre los pilotos para seguir en carrera. Épocas en que la pasión era más veloz que los fierros y conmovían a ciudades enteras. Años en que –por ejemplo- se corrió una competencia internacional (la “Buenos Aires-Caracas”) que pisó caminos de Argentina, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Chile y Venezuela, con casi 10 mil kilómetros de recorrido. Esa fue la última de Kruuse, con 51 años dejó de pisar el acelerador en esas rutas para tomar otros desafíos. Entre ellos, ser Comisionado o Intendente de Zapala durante dos años.

Aquí se puede compartir la entrevista completa:

 

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