EN PANDEMIA Y SIN CLASES

ATEN hace un paro, aunque nadie se entera ni le importa

En el actual contexto de aflicción por la pandemia, poco se nota una medida de fuerza con escuelas cerradas.
martes, 27 de octubre de 2020 · 13:54

Llegó el día que tal vez no se esperaba, o al menos, llegó con cierta dosis de sorpresa para propios y extraños. Este 27 de octubre de 2020, ha quedado ya señalado como el día en que el explosivo sindicato docente de Neuquén, ATEN, uno de los más combativos de Argentina, anunció y puso en marcha una huelga, un paro, y nadie le dio importancia.

La noticia pasó prácticamente inadvertida. El mundo siguió andando, sin clases, sin escuelas, con pandemia. El último viernes, el Consejo Provincial de Educación le había puesto la lápida a la tumba del año lectivo, dividiendo en dos grandes grupos a los desamparados alumnos de este año de la peste: los “aprobados”, y los que siguen “en proceso”.

Los primeros, se supone que estuvieron “en contacto” (virtual) con sus docentes. Los segundos, ni siquiera eso. Se resolvió, así, uno de los interrogantes de cualquier padre o madre respecto a lo que pasaría con sus hijos sin escuelas: habrá una promoción, nadie quedará afuera. Pero no se sabe cuándo volverán a abrir las escuelas, ni cómo. El año próximo es una vasta llanura tapizada de dudas increíbles.

En este contexto, el sindicato ATEN ha decidido seguir con la inercia, la mecánica, de traducir en paros las insatisfacciones de sus demandas. Sus dirigentes, liderados a medias por el incansable Marcelo Guagliardo, no ven más caminos que una tensa negociación permanente con el gobierno de Omar Gutiérrez, en la que se mezclan las ansiedades pedagógicas, sumidas en el desconcierto, con las necesidades del bolsillo, deteriorado por la persistente inflación, la devaluación “de facto” del peso, el aumento de los alquileres, y todo el cúmulo de dramas económicos a nivel hogareño que tiene, en realidad, cualquier argentino de la media de la población.

La diferencia es que la sociedad mira lo que los sectores no ven, obsesionados por la defensa del interés propio. Tal vez será por eso que el paro de ATEN figura en gacetillas y réplicas automáticas de portales poco imaginativos, pero sin que nadie le atribuya la menor importancia. ¿Qué podría importar un paro, cuando todo estaba parado de antemano?

 

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