ETERNA INFANCIA
Gracias a ellas, muchos siguen gritando ¡Opi!
Tres hermanas continúan la tradición familiar, invirtieron y ahora tienen la única fábrica de bolitas del país y de sudamérica.Ni materiales modernos y pegajosos como el slime, ni los orientales de goma pop it. Estas tres hermanas santafecinas apostaron a tener y mantener abierta una fábrica de bolitas.
Silvina, es una de las tres hermanas Chiarlo que apostaron a continuar con esta fábrica de uno de los juegos clásicos de la infancia de los adultos de hoy. Comentó en AM550 que la empresa nació en el año 1953: "Tuvo sus altibajos la fábrica, hubo años que tuvimos que cerrarla, hubo otros en los que se vendió un montón.... ya no daba más para tres socios, mi papá y mi tío ya se habían retirado... seguí yo, trabajé durante 10 años junto a los hijos de los otros socios".
Gracias a la entrevista realizada por el periodista Sergio Sarachu, para Mejor Informado Radio, sabemos ahora que desde San Jorge, provincia de Santa Fe, se fabrican las canicas que grandes y chicos usan para jugar en Argentina y Sudamérica.

Fue en plena pandemia que junto a sus hermanas, decidieron comprar la fábrica: "nosotras nacimos con esto, vivimos acá adentro, nos pusimos de acuerdo, hicimos una oferta y la compramos".
Y las bolitas se vendieron de una manera "impresionante", explicó, diciendo que sin dudas, se convirtieron en una salida de la tecnología, además de que la bolita une amigos y familias.
"La bolita entretiene, se puede usar adentro y afuera, se puede jugar de a grupos pequeños, con 3 ó 4 chicos, es suficiente".
En la fábrica Tinka hacen cuatro tipo de bolitas mas lo bolones: vergel, onix y pétalos; además de la bolita que no tiene color, que es la que se utiliza para colocar dentro de los aerosoles.
Si bien existen diversas maneras de jugar, el objetivo del juego es embocar la bolita propia en el hoyo o agujerito que se hace en la tierra, denominado OPI, además de "quemar" las otras bolitas. Eso significa pegarle a otra bolita con la propia. Cuando un jugador emboca la bolita, tiene el tan ansiado ¡OPI! Y el jugador que tiene el opi, se hace acreedor de cada bolita que haya quemado. Sólo se necesitan bolitas, precisión, puntería, tierra, y un golpecito con el dedo pulgar....
La historia, contada por una de sus protagonista en diálogo con Sergio Sarachu, en este video: