CUARTA NOTA

El infierno de un padre y cómo el Estado echa leña al fuego

Se siguen publicando aquí las desventuras de un padre, identificado como "L", frente a un aparato estatal del que participa su contracara en el litigio por el contacto con su hijo.
jueves, 9 de diciembre de 2021 · 09:03

El caso de L, al que ha elegido este periodista como testigo de situaciones comunes a centenares de progenitores en la región, sigue pareciéndose a un infierno, un martirio permanente en el que la empatía, la piedad, la compasión, no existen. Estos padres enfrentan una situación de no vinculación con sus hijos, litigios judiciales con sus ex parejas, y lidian con la parsimonia, y, muchas veces, la desidia, de un aparato estatal que supuestamente se ha organizado para solucionar los problemas que afligen a los ciudadanos.

L enfrenta a G (la madre) por el régimen de visitas con su hijo más pequeño. G es funcionaria estatal, con cargo político en un área vinculada a los temas de familia. La madre de G también es funcionaria. Y los hermanos revistan asimismo en el Estado. Esto no sería nada ni implicaría nada, si no fuera que hay evidencias de cómo se influencia y se mueve a favor propio el fiel de la balanza, en función de las relaciones políticas y el privilegio que implica (aunque no debería) pertenecer a esa gigantesca maquinaria, más desarrollada en Neuquén que en cualquiera otra provincia.

L ve con pavor cómo se le ha complicado todo. El Estado le impuso una tobillera electrónica de seguimiento, para que no se acerque a G (ni a su hijo, por ende). El régimen de visitas no se ha podido concretar, y regía solamente una situación de visitas de "re vinculación" de tres horas para los fines de semana (sábado y domingo), que se ha cumplido parcialmente y con dificultades. Ahora llegan las fiestas, el fin de año, es una época muy especial. En las familias quebradas, como la de L, es una época que acrecienta las carencias y acentúa el malestar por la ausencia. Y también es el tiempo en que llega la Feria Judicial. Ese sistema de vacaciones extraordinario y singular que tiene este Poder del Estado. 

El infierno ha sumado llamas de martirio para L. "Me están cagando la vida", dice, cuando este periodista se comunica, en función se seguir acumulando documentación y testimonios sobre este caso testigo. Es que la "re vinculación" con su hijo, de tres horas por cada día de fin de semana, con vigencia por dos meses, ha sido prorrogada por otros 60 días. Lo ha decidido la jueza interviniente. El argumento es, precisamente, que comienza la Feria Judicial.

La Feria Judicial, evidentemente, es más importante que la suerte que puede correr un niño, sometido al arbitrio estatal, para bien o para mal.

Con todo lo que ha pasado en los últimos días, con toda la evidencia de lo que significa el desprecio estatal a las situaciones de seguimiento de casos individuales que involucran a niños en problemas, se tiene la sensación, fuerte, impactante, de que no se aprende nada, de que no se quiere solucionar nada, de que lo único que importa es llenarse la boca con discursos de "inclusión" y de "justicia".

 

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