35 AÑOS DEL GOL DEL SIGLO
"Esperábamos ese partido como un enfrentamiento en batalla"
El padre Vicente estuvo en Malvinas y recordó cómo fue vivir el partido con Inglaterra en el Mundial de 1986.La última bandera que flameó en Malvinas la escondió en su pecho y se puso la sotana encima, para que no quede en poder de los ingleses, sin importarle arriesgar su vida si llegaba a ser descubierto. Con la misma pasión el sacerdote Vicente Martínez Torrens vive cada una de las cosas que tienen que ver con Malvinas y los ingleses. El salesiano criado en una chacra de Stefenelli fue marcado por la guerra en el Atlántico Sur, de donde fue uno de los últimos en irse en junio del 1982, reconoció que el partido entre Argentina e Inglaterra del Mundial de México '86 lo "esperábamos ese enfrentamiento igual que las batallas" cuatro años antes.
Martínez Torrens, fue el único sacerdote civil que fue a la guerra en 1982, con 42 años. Luego sufrió el proceso de desmalvinización y más acá en el tiempo editó el libro Dios en las trincheras, donde cuenta experiencias únicas junto con a los soldados, como dar misa y ofrecer la eucaristía en medio de los bombardeos de los ingleses.
En ese momento sentimos la mano de Dios para poder tomarnos revancha de lo que fue la guerra y lo que Inglaterra dijo después. Ellos se adueñaron de la prensa y contaron su versión. Nosotros en ese partido, con los esos dos goles y el resultado, sentimos que, en parte, se hizo Justicia
Consultado por Mejor Informado específicamente por la significancia que tuvo ese enfrentamiento del mundial de México frente a Inglaterra, no esquivó la pregunta y contestó como lo vivió él, en Trelew donde ejercía como docente y donde la sociedad tuvo una estrecha relación con lo que sucedía en Malvinas porque allí esta ubicada la base aeronaval Almirante Zar, utilizada Fuerza Aérea Argentina.
Habían pasado sólo 4 años, "estaba muy fresco lo sucedido en las islas y esperábamos el enfrentamiento de igual manera que las batallas en Malvinas", recordó Martínez Torrens trazando un paralelismo entre lo que vivieron los soldados argentinos en combate y el partido donde Maradona hizo los dos goles más famosos de la historia de los mundiales.
El sacerdote, quien aún da misa en la catedral roquense, relaciona lo que se vivió ese día de junio de 1986 con un proceso de desmalvinización que vivió la sociedad argentina tras la rendición, cuando los suicidios de los combatientes comenzaron a ser más frecuentes y los soldados eran señalados por haber estado en combate.
"En ese momento sentimos la mano de Dios para poder tomarnos revancha de lo que fue la guerra y lo que Inglaterra dijo después. Ellos se adueñaron de la prensa y contaron su versión. Nosotros en ese partido, con los esos dos goles y el resultado, sentimos que, en parte, se hizo Justicia", reconoció.
Para Martínez Torres, fue una revancha en un campo de juego y tras ese proceso pos guerra, en el que los soldados que retornaron fueron ignorados y excluidos de la sociedad, considerados por el imaginario colectivo como simples "chicos de la guerra" y víctimas de la dictadura militar, ese triunfo por cuartos de final en México les hizo sentir que "Argentina era superior en algo".
Apenas cuatro minutos antes de que Maradona marcara el mejor gol de la historia de los Mundiales, fue autor de la conocida "Mano de Dios", cuando saltó con el arquero inglés Peter Shilton y con su puño izquierdo le dio un empujoncito a la pelota para llegue al fondo de la red. Lejos de considerarla como una trampa al reglamento, Martínez Torrens la reivindica: "fue una avivada criolla, forma parte de nuestra picardía. Nosotros en combate también tuvimos que sacar a relucir ese ingenio para poder adaptarnos y fabricar maquinaria para salvar nuestras vidas".