QUE BONITA VECINDAD...
Video: vive drogado y de fiesta, los vecinos no lo aguantan más
Hace un año que un joven vuelve literalmente locos a todas las personas del edificio dónde vive en el Barrio Belgrano.Desde agosto del 2020 que los vecinos de los nueve pisos que constituyen un edificio en el bajo capitalino, en calle Winter y Perito Moreno viven un tormento a diario ya que uno de los inquilinos se convirtió en una real pesadilla, que a pesar de haberse mudado en plena pandemia, las fiestas, los excesos y el descontrol son una constante en este muchacho. Este jueves, su falta de respeto se vivió al máximo.
Eran las 12:30 de la noche cuando el joven en cuestión ingresó al edificio visiblemente drogado: "Todo bien amigo, me fumé un re churro, ya estoy en casa", decía casi a los gritos mientras hablaba por teléfono. Pero, había un detalle que no se percató debido al estado en que se encontraba, se equivocó de piso, él vive (no por mucho tiempo más), en el 4to y estaba en el pasillo del segundo piso.
Acto seguido, cortó la llamada e intentó abrir la puerta del Depto "B", que claramente no era su casa. Adentro estaban los inquilinos, una pareja, que al escuchar que este "personaje" intentaba abrir su puerta, le comenzaron a decir que se vaya a su piso, y balbuceando como podía se les ría y les seguía faltando totalmente el respeto. Los jóvenes llamaron a la policía, que claramente, cuando arribaron el "inquilino desubicado", ya se había retirado, como pudo. Sin embargo orinó al lado del ascensor antes de bajar a su correspondiente piso.
No es la primera vez que sucede, hace 12 meses que el muchacho no respeta los códigos de convivencia, no solo ingresando más gente de la debida por los protocolos del Covid, si no también de dañar constantemente las instalaciones del edificio.
Todos los meses los vecinos mandaban quejas y reportaban dichas situaciones al encargado, que respondió sancionándolo monetariamente sólo una vez por hacer una fiesta hace dos semanas atrás, un día de semana, gritando y con música fuerte hasta las 4 de la mañana.
Está vez, pasó un límite y ya que quedó todo registrado en un celular, el conflictivo tiene que hacer sus maletas por que le dieron un ultimátum para que deje el departamento a fin de mes. Luego de un año de total tortura, los vecinos van a poder descansar. Aunque, ahora, alerta a los otros barrios. Un intolerante busca dónde vivir.