BASURA Y DESCONTROL
Lo que dejó Duki en su paso por la playa de Las Grutas
Está mañana, "la playa más linda del país", como se promociona, amaneció con un mar subiendo y basura por todo lados. Ver galería de imágenes.
El paso de Duki por Las Grutas fue un éxito. Al menos para los jóvenes que asistieron a ver uno de los shows más convocantes y para el empresario que lo contrató. No así, para los turistas madrugadores que encontraron la playa repleta de basura.
La Cuarta Move Festival presentó un show con el cantante de Trap más escuchado en Argentina en 2021, acompañado de Emilia, la ex cantante de Romabai y el ascendente FMK. El sábado desde temprano se vio una extensa cola de jóvenes, que -sin barbijos-, esperaron durante más de dos horas para poder retirar la pulsera que les permitía el ingreso.
Las entradas se vendían a 3 mil pesos de manera anticipada y a medida que se acercaba la fecha, el costo iba aumentando. Ayer, a horas del show, la codiciada pulserita costaba 8 mil.
El espectáculo estuvo a la altura de las expectativas, con el mar de fondo que le deba un marco especial.
Para que no haya colados, los organizadores habían puesto vallas y paneles de madera para que no se vea. Pero nada pudieron hacer para que quien quisiera escuche desde afuera del predio cerrado. Aunque es cierto que fue muy difícil acceder porque quienes quisieron hacer playa hasta tarde ayer, fueron casi echados por la fuerza.
Apenas cayó el sol comenzaron a ingresar. Se habla de 20 mil personas y unas 10 mil afuera que poblaron la playa con conservadoras cargadas de bebidas.
El mayor problema surgió cuando terminó el espectáculo. Desde la organización desarmaron el vayado y aseguran haber limpiado "lo que ensuciamos", pero nada hicieron por todo lo que quedó afuera de esa delimitación.
Está mañana, "la playa más linda del país", como se promociona, amaneció con un mar subiendo y basura por todo lados.
Latas de diferentes bebidas, barbijos, colillas, corchos, vasos rotos, una hoja de cutter y hasta toallitas íntimas. Todo desparramado sobre la arena y aguardando el momento en que llegó la primera ola y empezó a arrastrar todos los desperdicios hacia el golfo más azul del continente.
La bronca e indignación de los turistas no paso desapercibida y los empleados del parador de la cuarta bajada no sabían dar demasiadas explicaciones.
Mientras, sobre la playa, dos nenes intentaban hacer castillos, aunque los baldes cargaban mucha más mugre que arena.
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