TEMPORAL EN LA CORDILLERA

Crianceros: el desafío de producir con medio metro de nieve

Aún con viento blanco y temperaturas de hasta -10ºC, la vida en el campo no permite descansos.
miércoles, 6 de julio de 2022 · 22:00

El temporal de nieve continúa afectando a gran parte de la región cordillerana de Neuquén, dejando pueblos y parajes incomunicados por la acumulación de hielo y el permanente viento blanco. En ese contexto, los crianceros neuquinos deben producir y controlar diariamente el bienestar de sus animales, una tarea que a primera vista, luce imposible cuando los campos se cubren con medio metro de nieve.

Ricardo Pino, criancero y payador de Kilka, un pequeño paraje del Departamento Aluminé, habló con AM550 y 24/7 Noticias, y relató la vida del hombre de campo en los crudos inviernos patagónicos. “Es una cotidianidad incomodada para los que vivimos aquí” mencionó el productor ganadero, quién considero que “los inviernos de la cordillera profunda no tienen nada que ver con los inviernos turísticos que vemos en los centros de esquí”.

Esta semana se juntaron dos nevadas muy grandes, por estos pagos decimos que ‘nos sacudimos del lomo’ 50 cm de nieve”, expresó Pino, que se dedica a la producción de ganado, especialmente del vacuno. La crianza de las vacas “se hace a campo” una vez que bajan de las veranadas, y deben sobrevivir a los bardones de nieve y al escaso alimento natural.

El criancero, que vive en un pequeño paraje a 40 km de Aluminé, explicó que el estado el ganado después de una gran nevada “es una lotería”, aunque es “una situación de todos los días para el hombre rural en invierno”. “Por más que caiga medio metro de nieve, tenes que buscar alimento al galpón para darle a los caballos y empezar la recorrida para saber como amanecieron los animales”, aseguró en diálogo con el programa Mejor de tarde.  

Para Pino, en la vida en el campo se “ve el choque entre la vida y la muerte” porque “diariamente se pone en riesgo la salud”. Recordó casos en los que pobladores y crianceros de la zona se desorientaron en medio del viento blanco y terminaron perdiendo la vida por congelamiento. 

Sin ir más lejos, a fines de abril y en una sorpresiva nevada temprana, el criancero Tomas Sura falleció mientras volvía de la veranada con sus chivas, en la zona de Tricao Malal, en el norte neuquino. “Que estemos acostumbrados no quiere decir que no arriesguemos la vida”, manifestó Pino. 

Por otra parte, aclaró que, aunque algunos productores tengan la capacidad económica para comprar forraje y alimento balanceado, no siempre se puede llegar a los cuadros en los que están las vacas: “Pueden pasar hasta 5 días sin comer y por más 4x4 que tengas para llevar el alimento, te quedas colgado en la nieve sin vehículo y lejos de tu casa”.

Kilka se encuentra en un clásico valle cordillerano, en donde los mallines y la oferta forrajera abundan en verano, algo que queda en el olvido cuando los temporales invernales descargan su fuerza. “En esta época, el valle se hace un solo remolino de nieve y no hay ningún reparo”, sostuvo Pino.

La familia campesina ya se hace a esa realidad y uno se va preparando para aguantar el invierno, es casi una cuestión de supervivencia”, concluyó el productor, quién también se dedica a dar payadas en los festivales tradicionalistas de la región. 

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