Por amenazas y desperfectos, no hay colectivos en Neuquén

A pesar de que el personal policial garantizó la seguridad de los choferes luego de los destrozos a las unidades de colectivos que se registraron este lunes, los conductores de las unidades decidieron retener tareas y desde hace unas horas, se encuentran apostados en la sede de la empresa Autobuses Santa Fe, que en semanas, dejará de prestar servicios. 

Desde la UTA afirmaron que el principal problema es que no alcanzan las unidades para transportar a la cantidad de gente que tiene que viajar dentro de la capital neuquina, por lo que anticiparon que el servicio continuará paralizado hasta tanto no se dispongan de más vehículos. 

En diálogo con AM550 y CN24/7, el secretario Gremial de la UTA Neuquén, Gabriel Ceballos, expresó que "nosotros salimos a trabajar, ponemos toda la voluntad que se pueda por la gente, por nuestros pasajeros. Sin embargo, son estos mismos pasajeros los que están enojados con nosotros cuando el problema es de la empresa, porque prometió que iban a haber 80 unidades en las calles y no se llega a ese número".

"Es bueno que la gente sepa que los choferes hacen un esfuerzo enorme por sacar estas unidades a las calles, porque son coches que están totalmente destruidos. Actualmente, hay 34 unidades en la ciudad, cuando tendría que haber 80", agregó Ceballos. 

Pasadas las 19 horas, desde la UTA confirmaron que ya no brindarán servicio. "La única solución es que la empresa cumpla", insistieron desde el sindicato. Este conflicto se genera a pocos días de la puesta en marcha del nuevo servicio de transporte de pasajeros, que comenzará a funcionar el próximo 1 de febrero en la capital neuquina, con 180 unidades en las calles. 

Por el contrario, desde el gremio de los transportistas indicaron que actualmente hay poco más de 30 coches en posibilidad de circular, mientras que la semana pasada había cerca de 50 unidades en las calles. Este lunes, y a causa del malestar generado por la reducción del servicio, pasajeros y vecinos atacaron a dos coches, provocando la rotura de vidrios, ventanas y asientos en los vehículos, pertenecientes a las líneas 7A y 5B. 

Además, desde el gremio indicaron que a uno de los choferes se lo llegó a amenazar con un arma de fuego y al otro, con un arma blanca, aunque la situación no pasó a mayores por la intervención de personal policial.