TRABAJABA PARA PUTIN

Un espía ruso, con pasaporte argentino y domicilio en Viedma

En 2013 contrató un estudio jurídico de la capital rionegrina para recibir correspondencia, aseguró que viajaba y se ausentaba de la ciudad.
miércoles, 29 de marzo de 2023 · 18:28

"Y... las calles están difíciles allí", le contaba Ludwig Gisch y su esposa María Rosa Mayer Muños a sus vecinos cada vez que le consultaban por qué una familia argentina se había instalado en los suburbios de Ljubljana, la capital de Eslovenia. Los mismos vecinos reconocieron que era una familia normal, que puertas afuera de la vivienda hablaban en inglés, pero que adentro, con sus hijos lo hacían en castellano. Su documentación también era de Argentina con domicilio en O'Higgins 2191 de Buenos Aires, pero que en la AFIP también figuraba como dirección alternativa la de un conocido estudio jurídico de Viedma. 

Su paso por Río Negro no sólo tuvo que ver con aquella oportunidad en la que cerró con los abogados la posibilidad de poner la dirección de la capital provincial como domicilio alternativo en AFIP, algo que suele ocurrir con mucho más frecuencia, ya que muchas empresas utilizan esta posibilidad cuando deben hacer negocios y piden la radicación o compre local. En Viedma no hay mucha gente que tuvo contacto con Gisch, pero hay algunos que lo recuerdan en Choele Choel o algunas otras localidades de Valle Medio, donde solía participar de algunas reuniones de la Colonia Rusa, dedicados a la producción de quesos caseros.

Gisch y su esposa Muños permanecen detenidos desde diciembre. Las autoridades eslovenas realizaron un procedimiento en la casa del barrio Crnuce, en las afueras de Ljubljana. Un dato había llegado hace un tiempo y la inteligencia de Eslovenia había empezado a investigar el comportamiento de esta pareja, que luego de la pandemia abandonó Buenos Aires y se estableció con sus dos hijos de 9 y 7 años, nacidos en Argentina.

La excusa de la inseguridad fue perfecta para justificar la mudanza. Los trabajos de ambos no generaban dudas, él es experto en sistemas e incluso en Argentina tenía una empresa dedicada a las redes y a la organización de correos electrónicos de empresas. Ella, es especialista en arte y tiene una galería virtual. Además, Eslovenía les permitía recorrer Europa sin mayores controles.

El diario inglés The Guardian publicó el testimonio de varios vecinos que coincidían en el trato amable de ellos, muy agradables. Nada hacía sospechar que podrían llegar a integrar los servicios secretos del gobierno de Vladimir Putin en el exterior. Tanto Gisch como su esposa se sorprendieron del impresionante operativo de los primeros días de diciembre. También los vecinos. En la casa encontraron una gran cantidad de dinero que la pareja utilizaría para pagar operaciones y vincularse con otros soplones. Los dos mayores quedaron detenidos, y los niños al resguardo de una unidad de cuidados sociales hasta tanto se resuelva la situación de sus padres.

El mismo diario asegura que una fuente confirmó que se trataban de espías rusos de elite, conocido como ilegales, ya que cumplían tareas en diferentes países sin que la embajada rusa los declare. Las autoridades eslovenas entienden que se trataría de dos miembros del SVR (Sluzhba Vnéshney Razvedki) por las siglas en ruso del servicio de inteligencia exterior del Kremlin.

La pareja rusa, antes de instalarse en Europa, primero pasó por Argentina. Gisch aseguraba que había nacido en 1984 en Namibia, un pequeño país al sur de Africa, pero rápidamente consiguió la ciudadanía argentina, un DNI y un número de CUIT, primero como monotributista y luego como Responsable Inscripto, favorecido porque su madre ya estaba radicada en el país. Para su esposa, nacida en Grecia, fue más difícil y recién pudo conseguirla con el nacimiento de su primer hija en 2013, el otro nació en Buenos Aires en 2015.

Todos vivieron en un departamento de Belgrano hasta marzo de 2022, en un vuelo de Lufthansa viajaron a Alemania, antes de radicarse en Eslovenia. El destino no fue casual, es considerado como el lugar de Europa con débiles medidas de inteligencia en relación al resto del continente, y con la facilidad de viajar a otros países sin demasiados controles o complicaciones.

Conocida la historia de los espías rusos detenidos en Eslovenia con pasaporte argentino, un abogado de la Comarca recordó rápidamente el nombre de Gisch, que en 2013 lo visitó para contratarlo. No se trataba de asesoramiento legal, era algo mucho más simple, poder utilizar la dirección del estudio para recibir correspondencia. Le explicó que vivía en Viedma, pero que viajaba bastante, sobre todo a Valle Medio, por lo que necesitaba un lugar donde pudiera recibir los envíos pese a su ausencia en la ciudad.

A cambio, además de una buena suma de dinero, también dejó una dirección de mail para que el personal del estudio se contacte con él cada vez que llegara algo a su nombre. Recuerdan que nunca más regresó y que la dirección del estudio quedó registrada como domicilio fiscal alternativo ante AFIP. Los abogados no brindaron datos si en algún momento llegó alguna correspondencia a nombre de Gisch.

El domicilio real del ruso y de su esposa era en Belgrano, en el noveno piso del edificio de 25 pisos de la calle O’ Higgins, a pocas cuadras de la estación de Belgrano del Tren Mitre que conecta a Retiro con Tigre. A ella los vecinos la recuerdan porque entraba y salía todo el tiempo. A él no. Pero enseguida lo relacionaron con las familias rusas que se instalaron hace un tiempo en el barrio, en el edificio ya viven 4 o 5, pero la particularidad es que ninguno de ellos fingen no serlo. 

 

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