Un Ejemplo
Don “Lucho”, con 73 años, hizo cumbre en el Corona
Superó un cáncer y trepó el cerro emblema de HuingancoLa vida está siempre llena de desafíos y como tal hay que asumirlos y enfrentarlos. Dejarse sorprender cada día por esos avatares es también una cuestión de actitud. Para ganar y seguir adelante es siempre necesario coraje, valentía y decisión. Así lo pensó y lo piensa Luis Zalazar que, con sus 73 años sobre sus espaldas, se animó a “tirar” una cumbre al cerro Corona de Huinganco. Dios, el universo y sus ganas estuvieron inmensamente de su lado, ya que en su primer intento pudo gritar ¡Cumbre! en el hito ubicado casi a 3.000 metros sobre el nivel del mar. La notable experiencia en la montaña ocurrió el último sábado cuando don “Lucho”, como todos lo conocen en su Chos Malal querido, llegó a lo más alto del emblemático cerro en horas del mediodía junto a su hijo Mario y otros familiares que fueron sin dudas su fuerza inspiradora. La idea de ascender el Cerro surgió en el seno familiar y al preguntarle si se animaba a participar del desafío él sin dudarlo dio un sí tan grande como su entusiasmo. Se armó finalmente una cordada de 8 integrantes y emprendieron la marcha con destino al “Jardín del Neuquén”.
Los trabajos de ascenso y paisajes increíbles
Cerca de las seis de la mañana la cordada empezó los trabajos de ascenso. Allí fue don “Lucho” cargando su propia mochila con los elementos esenciales y disfrutando del paisaje que las primeras horas del día le fueron regalando. En la travesía también se sumó su hermano José Ángel Ojeda, de 60 años. “En el primer tirón llegamos hasta la bella laguna azul del cerro. Mi papá estaba en su mejor versión. Le preguntamos si quería seguir subiendo y nos dijo que sí y allá fuimos en busca de la cumbre”, relató a Mejor Informado su hijo Mario. Contó además que su padre no requirió ayuda adicional en ningún momento y que siempre se valió por sus propios medios. Cerca del mediodía ocurrió el momento tan esperado, don “Lucho” llegó al lugar que tantas veces le habían contado o que tantas veces había visto en fotos o en la televisión: Había llegado al hito que marca la cumbre del Corona. Su cara y sus ojos se llenaron de alegría y de una felicidad inmensa como el sol que los alumbraba a todos. El equipo completo celebró una victoria más en su existencia.
Una cumbre y un verdadero testimonio de vida
La vida de don “Lucho” siempre ha estado signada por desafíos y momentos cruciales en que se jugó la vida. Su hijo Mario, quien fue el sostén ideal en los trabajos de ascenso, relató que “mi papá es un orgullo para todos nosotros. Hace tres años fue operado en Neuquén ya que sufría de un cáncer de estómago. La luchamos entre todos y logró salir adelante”. Con la emoción a flor de piel Mario siguió diciendo que “la cumbre que logró mi papá representa que siempre se puede. Solo hay que tener fe y mucha fuerza. Por eso si hay alguien que está atravesando un cáncer o un momento difícil de enfermedad les pido que no dejen caer los brazos”. Al respecto dejó una especie de consejo para los hijos que nunca deben abandonar a sus padres, que siempre deben estar al pendiente de sus necesidades y sobre todo que los deben disfrutar a cada momento. “La vida es una sola y hay que disfrutarlos lo más que se pueda a los padres como lo hacemos mi hermana Regina y yo gracias a Dios”.
Es bueno mencionar que don “Lucho” lleva una vida feliz en familia con su esposa María Luzmila Espinoza, sus hijos Mario y Regina y sus nietas Melisa, Katy y Araceli. Lleva una vida activa laboral ya que es empleado de Producción provincial y tiene a su cargo el resguardo y mantenimiento de los molinos de agua que se ubican en el camino a Caepe Malal y que tienen como destino la provisión para los arreos en esa parte del norte neuquino. Goza de un excelente estado físico, ya que a su lugar de trabajo a veces va y viene en auto o la mayoría de las veces ese recorrido lo completa en bicicleta. Un verdadero luchador de la vida y siempre va por más desafíos.