Un incendio en una casa de Barrio Nuevo terminó con un giro inesperado: mientras vecinos desesperados intentaban apagar las llamas, un hombre salió herido del interior y, minutos después, fue detenido por la policía al constatarse que tenía un pedido de captura vigente desde septiembre. El prófugo, que primero rechazó asistencia, terminó internado en el hospital bajo custodia policial.
La tarde del viernes en Roca se tiñó de dramatismo cuando personal de la Subcomisaría 69° fue alertado de un incendio en una casa de calle Urquiza al 4000, entre Cisnes y Picaflor. Al llegar, los efectivos se encontraron con una escena caótica: vecinos corriendo con baldes y recipientes de agua, intentando contener el fuego que avanzaba sin control. Entre gritos y advertencias, les señalaban que dentro del hogar había personas atrapadas.
En medio de esa tensión, un hombre salió corriendo desde el interior de la vivienda. Su cuerpo mostraba lesiones visibles, producto del contacto con las llamas. Sin embargo, en un gesto que sorprendió a todos, aseguró no necesitar ayuda policial ni médica. La contradicción entre la gravedad de sus heridas y su negativa a recibir asistencia generó desconcierto entre los presentes.
Fue entonces cuando los policías decidieron consultar sus datos en el sistema de informático. Allí apareció la revelación que cambió el rumbo de la historia: el hombre tenía un pedido de captura vigente desde septiembre, por causas que aún no fueron especificadas. Lo que parecía un rescate se transformó en un operativo judicial. La fiscal de turno dispuso de inmediato su arresto.
Mientras tanto, personal del Siarme llegó hasta la vivienda de Barrio Nuevo para asistirlo. Las heridas que presentaba obligaron a su traslado al hospital local, aunque bajo estricta custodia policial. Allí quedó internado, mientras se completan las actuaciones judiciales y la investigación avanza para esclarecer las razones de su captura.