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Miércoles 22 de Octubre, Neuquén, Argentina
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Felipe volvió a casa con un nuevo corazón: la historia de un trasplante que unió a dos familias

Tras casi un año de internación y cuatro meses después del trasplante cardíaco que conmovió al país, Felipe Palagani recibió el alta médica en el Hospital Italiano de Buenos Aires. El bebé neuquino, de apenas un año, fue trasplantado con el corazón de Luca, su compañero de habitación. 

Martes, 21 de octubre de 2025 a las 21:13
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La familia Palagani recibió con felicidad el alta médica de Felipe.

El domingo 20 de octubre fue distinto para Pamela Domínguez. No fue un Día de la Madre más. Después de un año que le cambió la vida, Pamela pudo levantarse sin el sonido de las máquinas, sin médicos entrando cada hora, sin alarmas. Ese día, su hijo Felipe fue dado de alta del Hospital Italiano de Buenos Aires. Y lo hizo con un corazón nuevo, fuerte, latiendo con vida y esperanza.

“Era un sueño poder irnos de alta, y sobre todo, hacerlo justo para el Día de la Madre”, contó emocionada en diálogo con el programa Entretiempo, por AM550. “El año pasado fue muy difícil. Feli ya estaba molesto, y sin saberlo, comenzaba todo esto. Haber podido pasarlo afuera, los cuatro juntos, fue un regalo. Fuimos un ratito a la plaza… fue poquito, pero fue todo”.

Felipe tiene apenas un año y medio, pero su historia está marcada por una fuerza extraordinaria. Nació el 20 de mayo de 2024, sano, con controles prenatales normales. Sin embargo, a los cinco meses, una bronquiolitis cambió todo. La guardia médica reveló un diagnóstico devastador: miocardiopatía dilatada severa, una enfermedad que agranda el corazón e impide que bombee sangre correctamente. Su corazón ocupaba casi tres cuartas partes del pecho.

El domingo 20 de octubre fue distinto para Pamela Domínguez. No fue un Día de la Madre más. Ese día, su hijo, Felipe, recibió el alta médica.

Sedado y conectado a un respirador, fue trasladado de urgencia desde Neuquén a Buenos Aires. Los médicos del Hospital Italiano confirmaron que solo un trasplante podía salvarle la vida. Desde entonces, la familia Palagani comenzó una campaña para visibilizar la donación de órganos pediátrica y pedir por un corazón para Felipe.

Durante meses, Felipe resistió conectado a máquinas extracorpóreas que mantenían su corazón artificialmente activo. En ese tiempo conoció a Luca, un niño de dos años de Plaza Huincul que también atravesaba su propia batalla. Había sido trasplantado de hígado y su salud era delicada. Ambos compartieron habitación, juegos, canciones y una complicidad que unió también a sus familias.

“Terminas conociendo cada historia. Llorás con otras mamás, te volvés familia. Nos une algo muy profundo, porque todas luchamos por la vida de nuestros hijos y por la de los demás”, contó Pamela.

 

Durante meses, Felipe resistió conectado a máquinas extracorpóreas que mantenían su corazón artificialmente activo. En ese tiempo conoció a Luca, un niño de dos años de Plaza Huincul que también atravesaba su propia batalla. Había sido trasplantado de hígado y su salud era delicada. Ambos compartieron habitación, juegos, canciones y una complicidad que unió también a sus familias.

 

Pero el destino tenía un plan que ninguna de las dos familias imaginó. Con el correr de los días, la salud de Luca empeoró. Un citomegalovirus le provocó un daño irreversible en los pulmones. Cuando los médicos informaron a sus padres, Paula y Nicolás, que el cuadro era terminal, ellos tomaron una decisión trascendental: donar los órganos de su hijo.

Luca y Felipe compartieron habitación en el Hospital Italiano. Los médicos confirmaron que el corazón de Luca latía con fuerza dentro del pecho de Felipe.

Fue el inicio de un operativo histórico. El 18 de junio, los equipos médicos se prepararon para realizar la primera donación cardíaca pediátrica en asistolia de Argentina, un procedimiento inédito en Latinoamérica. A diferencia del trasplante tradicional, el corazón de Luca había dejado de latir; fue reactivado, evaluado y considerado apto para trasplante. Todo bajo los protocolos del INCUCAI y la Ley 27.447.

“Era un desafío enorme. Queríamos que todo salga bien, que Feli recibiera su corazón después de tantos meses de espera. Pero también era el dolor de saber que ese corazón era de Luqui”, recordó Pamela emocionada.

El operativo fue exitoso. Los médicos confirmaron que el corazón de Luca latía con fuerza dentro del pecho de Felipe. “Con el corazón explotado de alegría, amor y una mezcla inmensa de emociones, queremos contarles que Feli recibió su corazón”, escribieron sus padres días después en redes sociales.

 

Cuando los médicos informaron a sus padres, Paula y Nicolás, que el cuadro era terminal, ellos tomaron una decisión trascendental: donar los órganos de su hijo. Fue el inicio de un operativo histórico. El 18 de junio, los equipos médicos se prepararon para realizar la primera donación cardíaca pediátrica en asistolia de Argentina, un procedimiento inédito en Latinoamérica.

 

Esa publicación se convirtió en un símbolo. “Detrás de cada trasplante hay dos historias que se entrelazan: una que parte y otra que sigue. Una que enseña que el amor no termina cuando el cuerpo se apaga”, escribieron.

“Detrás de cada trasplante hay dos historias que se entrelazan: una que parte y otra que sigue. Una que enseña que el amor no termina cuando el cuerpo se apaga”, escribieron los papás de Felipe.

Desde entonces, Pamela y Paula —las dos madres— mantienen un contacto constante. “Hablamos todo el tiempo, mandamos fotos, videos. Yo quiero saber cómo están ellos, porque la otra parte de esta historia es que ellos no tienen más a Luca. Pero su corazón sigue acá, con nosotros”, relató Pamela.

Hoy, cuatro meses después, Felipe va a poder volver a su casa. Su cuerpo se recupera lentamente. Todavía tiene traqueotomía, botón gástrico y continúa con medicación inmunosupresora para evitar el rechazo del órgano. “Todo es un proceso. Escuchamos a los médicos, lo cuidamos, lo acompañamos, y sobre todo, disfrutamos de cada día”, explicó su mamá.

Felipe sonríe todo el día, se asombra con el mundo que ahora puede explorar. “Le encanta salir a la calle, mira todo con curiosidad. El otro día en la plaza se reía al ver perros, era la primera vez que veía un animal así. Está redescubriendo todo”, contó Pamela.

La familia aún debe permanecer en Buenos Aires, bajo control médico. “Nos dicen que en algún momento podremos volver a Neuquén, pero nadie pone fecha. Cuando los médicos lo permitan, en cuestión de segundos armamos las valijas. No porque no nos guste estar acá, sino porque no vemos la hora de volver al hogar.”

En el Hospital Italiano, los médicos aseguran que Felipe está evolucionando bien, sin signos de rechazo. Su historia marcó un antes y un después en la medicina argentina y reabrió el debate sobre la donación pediátrica.

 

Felipe sonríe todo el día, se asombra con el mundo que ahora puede explorar. “Le encanta salir a la calle, mira todo con curiosidad. El otro día en la plaza se reía al ver perros, era la primera vez que veía un animal así. Está redescubriendo todo”, contó Pamela.

 

 

“Gracias a las familias que se animan a decir que sí, la vida continúa. Hay que hablar de donación pediátrica y darle visibilidad”, había dicho Paula, la mamá de Luca, en una entrevista anterior.

Hoy, el corazón de Luca late en Felipe. Un corazón que aprendió a amar dos veces, en dos cuerpos distintos.

Felipe representa la esperanza de miles de familias que esperan un trasplante y también el poder del amor en su forma más pura: la de una familia que, en medio del dolor más profundo, eligió regalar vida

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