La seguridad en la frontera sur volvió al centro de la agenda binacional. Funcionarios de Chile y Neuquén participaron de una jornada de supervisión en el Paso Fronterizo Mamuil Malal, uno de los cruces más utilizados entre ambos países, ubicado a la altura de Junín de los Andes.
La actividad fue encabezada por el delegado presidencial chileno Eduardo Abdala y el seremi (los chilenos designan así a sus secretarios regionales ministeriales) de Seguridad Pública Israel Campusano, junto a representantes de Carabineros, la Policía de Investigaciones (PDI) y funcionarios neuquinos del área de Seguridad y Fronteras. El objetivo fue revisar los mecanismos de control y la capacidad operativa en una zona considerada estratégica para la prevención del contrabando y el tráfico ilícito.
Durante el recorrido las autoridades verificaron los procedimientos de inspección sobre personas y vehículos, la infraestructura disponible y las condiciones del personal que trabaja en el paso, muchas veces en medio de climas extremos.
Una frontera que exige trabajo conjunto
El encuentro se dio en un contexto de creciente preocupación por los pasos clandestinos que atraviesan la Cordillera de los Andes. Según datos oficiales del gobierno chileno, solo en la Región de La Araucanía se han detectado unos 20 pasos irregulares, de los cuales un 70% ya fue inspeccionado y cuenta con patrullajes preventivos.
El seremi Campusano destacó que ya se realizaron inspecciones en Icalma y Pino Hachado, ambos pasos que conectan directamente con la provincia de Neuquén, y que forman parte del corredor cordillerano compartido.
“La seguridad fronteriza no se puede abordar de manera aislada. Lo que ocurre de un lado impacta directamente en el otro”, señaló una fuente neuquina vinculada al área de Seguridad.
La prefecta inspectora Catalina Barría, jefa regional de la PDI, sostuvo que las evaluaciones buscan “detectar falencias y fortalecer la cooperación operativa con Argentina frente al avance de los delitos transnacionales”.
Coordinación y nuevos proyectos
El delegado Abdala reconoció el trabajo de los equipos de frontera y adelantó que se implementarán mecanismos de coordinación directa con las autoridades neuquinas para reforzar la vigilancia en los cruces cordilleranos.
En paralelo, se confirmó la próxima instalación de una oficina de Aduanas en Temuco, que permitirá mejorar la trazabilidad de productos y optimizar la cooperación técnica con los organismos argentinos.
El caso Aigo: un símbolo de la frontera que une y duele
El asesinato del sargento José Aigo, ocurrido en marzo de 2012 en cercanías de Aluminé, se mantiene como una herida abierta en la historia de la frontera neuquina.
Aigo fue asesinado por dos ciudadanos chilenos vinculados a grupos anarquistas, que lograron huir a su país a través de un paso clandestino. A más de una década del crimen, los responsables continúan prófugos, y el caso se transformó en emblema de la necesidad de reforzar el control binacional.
“El caso Aigo marcó un antes y un después en la relación operativa entre Neuquén y La Araucanía”, recordaron fuentes policiales.
Su recuerdo volvió a resonar durante la supervisión en Mamuil Malal, como ejemplo de por qué el trabajo conjunto entre ambos países es clave para garantizar la seguridad y la justicia a ambos lados de la cordillera.