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De peluquero a papá: la historia que cambió la vida de un niño del Alto Valle

Lo que comenzó con un corte de pelo se transformó en un lazo familiar irrompible. Tras años de afecto, un fallo judicial convirtió en legal lo que ya era realidad.

Viernes, 14 de noviembre de 2025 a las 15:23
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Lo que nació entre tijeras y risas se transformó en un lazo de padre e hijo.

Abrir la puerta de su salón no parecía un acto distinto a cualquier otro día de trabajo. Sin embargo, aquel día entró un cliente muy especial: un niño que, sin saberlo, cambiaría para siempre la vida de un hombre del Alto Valle. Entre tijeras, peine y risas, se fue tejiendo un vínculo que pronto dejó de ser profesional y se convirtió en algo mucho más profundo: familiar.

Con el tiempo, el peluquero y la madre del chico se enamoraron, y su relación se formalizó con un matrimonio. Entre charlas y juegos en el salón, llegó el día en que el pequeño preguntó: “¿Puedo llamarte papá?”. Para el hombre, esas palabras no fueron solo un gesto de cariño, fueron la chispa que encendió un proceso que lo llevaría a la adopción plena por integración.

El trámite judicial no hizo más que ponerle nombre a lo que ya existía. En su entorno, en el trabajo y frente a amigos, el niño era su hijo. Pero la formalidad necesitaba ser reconocida ante la ley. Mientras la familia se consolidaba, la vida volvió a ponerlos a prueba, el padre biológico del niño falleció, y el hombre estuvo allí, acompañando desde el primer momento, sosteniendo a la madre y al niño.

Hoy, él no solo es el referente de cuidado y afecto del niño, sino que la Justicia lo reconoce como su padre. Un fallo de la Segunda Circunscripción Judicial ordenó la adopción plena por integración y la modificación del apellido, siempre respetando el derecho del niño a conocer sus raíces biológicas. La madre dio su consentimiento, y el proceso contó con la intervención de la Defensoría de Menores y del Equipo Técnico Interdisciplinario, que verificaron la solidez del vínculo y la capacidad del adoptante para ejercer la función parental.

El informe psicológico y las audiencias confirmaron lo que todos veían en la vida diaria: un lazo firme, basado en afecto genuino y cuidado constante. La jueza subrayó que la adopción consolidaría la realidad familiar, protegería la identidad del niño y garantizaría su derecho a vivir en un hogar estable. 

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