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El precio del asado bajó en la Patagonia, pero se llena menos la parrilla

El precio del asado, símbolo indiscutido de la mesa argentina, registró una baja promedio del 8% en abril en la Patagonia, y ya acumula dos meses consecutivos de descenso.

Martes, 20 de mayo de 2025 a las 00:15
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En la Patagonia el precio del asado bajó un 8% promedio.

Durante décadas, el asado fue más que una comida para los argentinos: un ritual de fin de semana, un punto de encuentro y un símbolo de identidad. Pero los números empiezan a contar otra historia. El precio del asado está bajando, y detrás de esa caída hay mucho más que una cuestión económica.

Un reciente informe del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) reveló que el valor promedio del kilo de asado se redujo casi un 8% en abril en las principales ciudades del Alto Valle de Río Negro y Neuquén, quedando en 17.850 pesos. En zonas como Bariloche y el Valle Inferior de Río Negro, los precios también retrocedieron, con promedios de 17.000 pesos por kilo.

La baja se da en medio de la decisión del Gobierno nacional de flexibilizar la histórica barrera sanitaria del río Colorado, lo que permitiría el ingreso de carne con hueso a la región patagónica. Los gobernadores patagónicos defienden que esta medida no impacta en los precios. Aunque algunos buscan vincularlos, los motivos, según el informe del INTA, tienen que ver con la estacionalidad de la producción ganadera en el sur del país influye directamente. En ciertos meses del año, hay más oferta de animales, lo que tiende a bajar los precios.

Por otra parte, aunque muchos celebran el alivio en el bolsillo,la baja puede reflejar sobreoferta, caída en la demanda o ambas cosas. Y eso habla de un fenómeno más profundo: los argentinos están cambiando su relación con la carne.

El dato más contundente viene desde el paladar de los consumidores. Según Miguel Schiariti, presidente de CICCRA, en los años 70 se comían 70 kilos de carne vacuna por persona, y apenas 7 de pollo y 4 de cerdo. Hoy, esas cifras se dieron vuelta: 48 kilos de pollo, 18 de cerdo y solo 47 de vacuna. "Una gallina necesita 1,8 kilos de alimento para generar uno de carne. Un ternero, entre 6 y 8 kilos, y tarda 550 días. La eficiencia manda", explicó.

Para algunos productores todavía faltan registrarse más bajas en las góndolas de supermercados y carnicerías.

Una diferencia que se achica

Medido en dólares, el asado también se desinfló: pasó de 18,5 USD el kilo en febrero a 14,5 USD en abril, un retroceso del 21%. Y la diferencia de precios con Buenos Aires también se achicó: en febrero el asado en el Alto Valle era 93% más caro que en CABA. En abril, la brecha bajó a 66%.

Aun así, los precios patagónicos siguen altos por el costo logístico y la distancia con los grandes centros ganaderos. Pero el dato clave es que, aun bajando, el consumo no repunta.

Lo impensado parece estar pasando: el asado ya no convoca como antes. No es que se haya extinguido, pero pasó de lujo deseado a ocasional de oferta. Y en muchas mesas, fue reemplazado por pollo, cerdo, o directamente por nada.

Los productores miran con preocupación. Temen que la baja de abril no sea un bache, sino el nuevo piso. Las carnicerías aún no reflejan todo el descenso, pero la tendencia es clara: menos carne, más dudas.

En la Patagonia, donde la carne siempre fue más cara, el cambio se siente igual. La presión de los consumidores, que gastan menos y eligen distinto, empieza a empujar cambios también en esta región.

 

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