El dirigente de la Sociedad Rural del Alto Valle, Baldomero Bassi, expresó en Radio La Super su preocupación por la importación de carne brasileña, señalando que el gobierno nacional busca instalar un parche económico para ofrecer asado barato a los consumidores. Según Bassi, la carne proveniente de Brasil es más grasosa y podría contener vestigios de estradiol, una hormona utilizada en inseminación artificial, pero no recomendada para consumo humano.
Explicó que el estradiol es una hormona prohibida en la Unión Europea desde 2022, debido a riesgos sanitarios asociados a su consumo. En marzo, México suspendió la compra de carne brasileña por razones similares, lo que generó inquietud entre los productores argentinos. Bassi sostuvo que “el SENASA no está fiscalizando adecuadamente el ingreso de estos productos, lo que podría representar un riesgo para la salud pública”.
Señaló que el estradiol es una hormona que se utiliza en Argentina cuando se quiere hacer inseminaciones en los animales. Se coloca para regularizar el ciclo hormonal de la vaca, que ovule y fertilice. Se usa en genética y no para consumo. “Lo mismo pasa en todo el mundo, porque no es una hormona que sirva para engordar al animal, se usa para procrear”, indicó.
Impacto en el mercado
Bassi señaló que desde la apertura de la importación, el precio de la carne en Argentina cayó entre un 25% y 30%, afectando a los productores locales, aunque no se vio reflejado en las carnicerías. Enfatizó que “los productores no son formadores de precios, ya que los valores finales dependen de los intermediarios y la comercialización. Los más afectados con esta medida son los pequeños productores y las carnicerías de barrios”.
El dirigente rural planteó dudas sobre si los consumidores se acostumbrarán a la carne brasileña, dado que su composición es diferente a la producción nacional. Además, advirtió que la importación de carne podría seguir el mismo camino que el cerdo y el pollo, generando riesgos sanitarios y alteraciones en la calidad de los alimentos.