El juicio por la megacausa de estafa con planes sociales en Neuquén entró en una etapa clave. Con 14 imputados y más de un centenar de testigos, la causa investiga cómo se desviaron fondos públicos que debían llegar a desocupados de la provincia. Entre los acusados, Marcos Osuna ocupa un lugar central: la Fiscalía lo ubica en la cúpula de la presunta asociación ilícita junto a otros cuatro exfuncionarios.
Este viernes, tras semanas de silencio, el ex jefe de informática de la Dirección de Planes Sociales declaró ante el tribunal. Su estrategia fue clara: minimizar su rol, presentarse como un simple empleado técnico y deslindar responsabilidades hacia arriba.
En su relato, Osuna repasó su trayectoria en el Estado: comenzó como pasante ad honorem en el Ministerio de Desarrollo Social, pasó a planta política y en el año 2015 quedó efectivo. Técnico en sistemas, al inicio se ocupaba de reparar computadoras y realizar tareas de mantenimiento, pero con la reducción de personal terminó trasladando listados de beneficiarios a sistemas informáticos.
Marcos Osuna, ex jefe de informática de la Dirección de Planes Sociales declaró ante el tribunal. Su estrategia fue clara: minimizar su rol, presentarse como un simple empleado técnico y deslindar responsabilidades hacia arriba.
Según Osuna, su llegada al cargo de jefe de departamento respondió más a la búsqueda de un mejor salario que a un ascenso jerárquico real. “Nunca tuve personal a cargo ni coordiné extracciones de dinero. Me sentía un empleado más”, aseguró.
Los cheques y el dinero en efectivo
Uno de los puntos más delicados fue su admisión de haber cobrado cheques endosados y confeccionados a su nombre. Para Osuna, era “algo habitual” en el mecanismo de “cheques globales” que se usaban para pagar subsidios en zonas rurales sin bancarización.
Reconoció también haber entregado dinero en efectivo en casos puntuales, pero insistió en que esas ayudas eran “decisiones políticas” y no parte de una operatoria ilegal. “Eran pagos que me ordenaba Ricardo Soiza”, señaló, en referencia a su superior, que por entonces era director de Planes Sociales, y también imputado en esta causa.
Una vida sin lujos, pero con apuestas
En su intento por despejar sospechas de enriquecimiento ilícito, Osuna remarcó que no posee auto ni vivienda propia y que incluso complementaba su salario con trabajos de reparación de computadoras y colocación de aires acondicionados.
Sí admitió destinar parte de sus ingresos a casinos online: “Juego desde que empezaron a ser online, en 2010. Es mi único pasatiempo”, confesó, estimando que dedicaba entre un 10% y 15% de su sueldo a las apuestas.
La caja azul y los punteros
Uno de los núcleos de la investigación es la llamada “caja azul”, fondos que según la fiscalía se usaban para pagar favores políticos y que nunca se bancarizaron. Osuna negó haber llevado la contabilidad de esa caja, aunque admitió algunos pagos directos.
“Yo sólo armaba planillas en Excel y las mandaba al área de Finanzas”, dijo Osuna. Otros imputados lo señalaron como el responsable de las altas y bajas de beneficiarios de planes sociales.
También describió cómo se financiaba a organizaciones sociales a través de montos globales que luego los propios referentes distribuían entre sus bases. “Era muy político. Nosotros controlábamos documentación, pero la decisión final era de los referentes y de la Dirección”, afirmó.
Contradicciones y acusaciones cruzadas
El testimonio de Osuna generó ruido dentro de la sala. Mientras él insistió en que su rol era técnico —“yo sólo armaba planillas en Excel y las mandaba al área de Finanzas”—, otros imputados lo habían señalado previamente como el verdadero responsable de las altas y bajas de beneficiarios.
Tomás Siegenthaler, ex coordinador provincial de Administración, declaró en 2023 que era Osuna quien definía la integración de los listados. Y Pablo Sanz, ex director de Fiscalización, lo describió como el “hombre clave” en la generación de cuentas y tarjetas de débito para cobrar los subsidios.
Estas versiones enfrentadas evidencian que cada uno de los principales imputados en esta causa busca atenuar su responsabilidad, aunque eso implique dejar expuestos a los demás.
El caso de los planes sociales en Neuquén involucra un complejo engranaje entre decisiones políticas, manejos administrativos y supuestas maniobras fraudulentas. Lo que quedó claro en la declaración de Marcos Osuna es que la defensa busca instalar la idea de un empleado técnico atrapado en una maquinaria mucho más grande.
El tribunal deberá ahora ponderar las pruebas y los testimonios cruzados para determinar si Osuna fue realmente “un simple armador de planillas” o uno de los cerebros operativos de una de las estafas más resonantes de la provincia.