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Domingo 24 de Agosto, Neuquén, Argentina
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Los Guañacos: el gas natural que cambió la vida de una comunidad

Después de años de espera y sacrificio, los vecinos disfrutan de un servicio que transforma la vida cotidiana. La obra de Hidenesa llevó gas natural a los hogares del paraje y marcó un antes y un después.

 

Por Redacción

Domingo, 24 de agosto de 2025 a las 10:49
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Un cuaderno abierto sobre la mesa, un niño que hace la tarea con una sonrisa y un padre que, mientras lo acompaña con mates, mira de reojo un calefactor nuevo que abriga la casa. Esa escena, común en cualquier pueblo con gas natural, es una novedad en Los Guañacos, donde desde hace poco más de dos meses los pobladores cuentan con un servicio que llegó para cambiarles la vida.

Yo soy nacido y criado acá en Los Guañacos”, cuenta Alberto Barrientos, de 49 años, trabajador de la comisión de fomento que vive con su esposa Romina Navarrete y sus tres hijos. “Estamos muy agradecidos porque hasta hace dos meses ningún gobernador fue capaz de hacer una red de gas acá. Todos venían, todos aplaudíamos, pero el gas llegó hace dos meses”.

La empresa provincial pública Hidrocarburos del Neuquén SA (Hidenesa) fue la encargada de tender los 27 kilómetros de red que unen Andacollo con Los Guañacos, y será responsable de su transporte y distribución. La concreción de esta obra permitió saldar una deuda histórica con los pobladores. En la inauguración, el gobernador Rolando Figueroa expresó: “Acá lo único que tenemos que aplaudir es a los vecinos que aguantaron tantos años vivir con frío, con falta de servicios y sin oportunidades”.

Ese pasado de sacrificio aún está fresco en la memoria de Alberto:
Nosotros ahora no nos preocupamos por la leña ni por la garrafa. Vivimos más tranquilos, ahora es otra la calidad de vida”.

Hasta hace apenas dos meses, la familia Barrientos debía consumir entre tres y cuatro garrafas mensuales, además de conseguir leña para calefaccionarse. “Yo tenía que salir a buscar leña, a partir leña aunque estuviera mojado, entre el barro. Y cuando había que traerla, pagar el tractor para trasladarla hasta la casa, todo”, recuerda.

Hoy, el cambio se percibe en los gestos simples de la vida cotidiana:
La leña no se compara con el gas. El gas usted en la noche lo deja, y al otro día la casa está calentita. Vas a poner la pava y no estás pensando que la garrafa se acabó”.

En la zona, otras familias también pudieron conectarse a la red y comparten la misma sensación: contar con gas natural representa comodidad, seguridad y una mejor calidad de vida.

Si bien el costo del servicio todavía es una incógnita, Alberto lo tiene claro:
Aunque me salga el cargo yo lo voy a pagar. Tener el gas es una tranquilidad para la familia, porque teníamos un termo eléctrico y la luz acá era demasiado cara. Pagábamos muy caro la luz”.

Con orgullo, resume el sentir colectivo de Los Guañacos:
Ahora vivimos más tranquilos, más calentitos. Es otra calidad de vida. Para nosotros, el gas cambió todo”.

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