Las calles de la región siempre tienen alguna particularidad relacionada a la infraestructura y las dificultades que representan para los transeúntes y automovilistas que circulan a diario por las ciudades metropolitanas. Gracias a Marisa, una oyente de Radio Mitre Patagonia, descubrimos lo opuesto al escenario que conocimos en Cipolletti: un desierto de cemento en el que se plantaron cero árboles, ni postes ni nada.
Se trata de la vereda del edificio de una petrolera, en un sector del paseo costero de Neuquén. Sobre la misma, que está completamente parquizada, dejaron los espacios para la plantación de árboles, pero a varios años de finalizada la vereda, la vegetación nunca llegó. Salvo el único árbol que este viernes se plantó de forma simbólica: Rubén Boggi.
Es que la zona del Paseo de la Costa debiera estar repleta de verde, con vegetación autóctona y espacios arbolados, con flores y jardines que acompañen esta húmeda zona que bordea el río Limay, una insignia neuquina.
Nada de esto ocurre en este sector ubicado frente al estacionamiento del paseo, donde todos los días decenas de miles de personas pasean, hacen ejercicio, estacionan su vehículos y disfrutan de la belleza natural que tiene la región a la vera del Limay.