HISTORIA VIVA

Daniel Sáez: el palista no vidente que supera cada desafío que se propone

Este deportista neuquino, que hace un mes participó de su tercera Regata Internacional del Río Negro, se supera a sí mismo en cada reto que encara.
viernes, 19 de febrero de 2021 · 12:54

Colaboración especial de Ramiro Davis desde Viedma.

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Daniel Sáez divide su tiempo entre su trabajo de oficina durante la semana, su hijo de 21 años y el canotaje, mundo al que entró hace cinco años y ya participó de tres regatas intencionales de la provincia de Río Negro.

Así, la última edición de la Regata Internacional del Río Negro, que unió Cipolletti con Viedma por agua, tuvo (una vez más) el lujo de tener entre sus participantes a Daniel, en representación del club El Biguá de Neuquén, ciudad de la que es oriundo y en la que vivió toda su vida. 

Foto: la dupla de Daniel y su guía Jorge Solana, tuvo un gran desempeño en la última edición de la Regata Internacional del Río Negro. 

 

Sáez ha participado en un sinnúmero de eventos deportivos y en todos lo que lo destaca es su gran nivel de superación personal al momento de tomar los remos y salir a desafiar las aguas, sin perder nunca de vista su objetivo principal que no es el primer puesto, sino llegar a la meta; las posiciones, para Daniel, pasan a un plano secundario al momento de competir.

Mi objetivo fundamental es llegar, quiero completar el mismo circuito que hacen todos mis compañeros. La regata es una prueba en la que, todos los años, quiero volver a superarme”, contó Daniel al respecto.

 

Foto: Él es un claro ejemplo de cómo superarse a uno mismo, sin quedar con los brazos cruzados ante una discapacidad, e intentar cumplir sueños. 
 

El palista neuquino participó de las regatas internacionales del 2018; en 2019 sufrió una rotura de ligamentos y tuvo que ser intervenido quirúrgicamente, por lo que no pudo estar; luego corrió en 2020 y 2021, y va por más ya que durante el 2021 se preparará para poder competir nuevamente en la del 2022. 

Siendo el único competidor con discapacidad visual, Daniel se destaca por encima del resto por su gran rendimiento en cada competencia a las que asiste con su guía, el palista Jorge Solana,  y con quién también entrena durante la semana, luego de finalizar su día de trabajo en una oficina de una obra social de petroleros, donde trabaja con una computadora adaptada. “El deporte me dio muchas satisfacciones, por eso mis actividades extra laborales se las estoy dedicando a la actividad física”, afirmó.

Foto: Daniel integra el equipo de canotaje de el club El  Biguá, de la ciudad de Neuquén. Y entrena junto a su guía, en distintos bazos del río Limay.
 
La Regata Internacional de Río Negro es una gran competencia deportiva que se realiza desde 1965. Todos todos los años reúne a palistas de todas partes para unir Cipolletti con Viedma, navegando el río Negro en un total de siete etapas. La última edición se realizó del 16 al 23 de enero, cuando los competidores, luego de varios días, concretaron la 7ma etapa con la llegada a la ciudad de Viedma.

 

Además, detalló cómo fue la experiencia de este año con respecto a otras oportunidades: “cuando salimos de Senillosa fueron distancias más grandes, hicimos más de 200 kilómetros en los primeros días. Este año fue más corto porque la mayoría no estábamos preparados, entonces nos acortaron el camino, pero todas las regatas tienen dificultad. Por ejemplo, en el Valle Medio tenes días muy calurosos”, contó el palista a Suplemento VIVO.

Foto: Este año participaron de la competencia 104 botes y más de 160 palistas.
 

Foto: Para Daniel, llegar a la meta no es una prioridad, sino transitar el desafío en equipo y sin rendirse.  
 

“En la regata de Río Negro se vive un ambiente muy cordial”, aseguró Daniel con respecto a la relación entre el resto de los competidores y el cariño que recibió siempre por parte del público. 

La afinidad con sus rivales es otro gran triunfo de Daniel, ya que luego de la carrera todos pasan a ser amigos y siempre le hacen llegar la admiración que sienten por él, lo aconsejan, y son muy afectuosos. “Cada vez que terminamos una competencia, se me acerca el resto a darme consejos sobre detalles de la técnica del paleo. En ese aspecto, son muy solidarios conmigo”, aseguró. 

 

Foto: Daniel Sáez no sólo rema; es un tetra atleta no vidente, orgullo neuquino.   
 

Así, el palista de 44 años, que es ciego desde los 22 años a causa de un accidente, jamás se rinde y nada le impide concretar sus metas. Y, a pocos días de concluir una de las regatas de mayor exigencia física del mundo, ya está pensando en el próximo desafío. 

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