LITERATURA
La mujer en el mundo de los libros
"Sabemos menos sobre los personajes femeninos de la actualidad de lo que pensamos".¡10 libros escritos por increíbles mujeres! ¡Personajes femeninos que tenés que leer ya mismo! ¡Escritoras que deberías añadir a tu lista de lectura! Así son algunos de los titulares que abundan en el Mes de la Mujer.
Algunos le quitan el polvo a sus estanterías para desenterrar las prosas de mujeres que la Historia ha olvidado, otros investigan en mayor profundidad las novelas femeninas que, ya sea por quienes las escribieron o por quienes las protagonizaron, marcaron de manera definitiva las sociedades del mundo.
Volvemos a analizar el personaje de Pamela de Samuel Richardson y sus impresionantes repercusiones en el siglo XVIII y debatimos sobre las controversias de personalidades como Jane Austen o las hermanas Brontë. Nos enorgullecemos de que nuestra era sea la cuna de nacimiento de Katniss Everdeen (el personaje principal de Los juegos del hambre), Hermione Granger (Harry Potter) e Eleven (Stranger Things, Netflix).
Foto: Jane Austen es una novelista británica que vivió durante la época georgiana, considerada dentro de los clásicos de la novela inglesa. Le imprime comicidad a sus novelas a través del uso de la ironía.
¿Pero de qué mujeres estamos hablando exactamente? ¿Debemos celebrar la independencia de Jane Eyre (novela de Charlotte Brontë, publicada en 1847), o descartarla como una mujer “sumisa” que “se arrodilla ante un hombre misógino”, y por lo tanto, “no merece nuestra atención”? ¿Habría que alabar a los “personajes femeninos fuertes” del siglo XXI o reivindicar a las mujeres del pasado?
Tenemos en claro las adversidades que enfrentan las mujeres en la industria editorial como autoras, editoras, agentes, etc, y reconocemos la imagen de una “chica lectora”, pero en realidad sabemos menos sobre los personajes femeninos de la actualidad de lo que pensamos.
Resulta sencillo ubicar a las mujeres de la ficción de siglos anteriores en contextos de menores derechos (políticos, sociales, económicos, humanos), escasas posibilidades, baja o nula educación, y peores condiciones de vida. Atadas a la figura de un hombre, mirando el mundo desde las jaulas de la sociedad. De esa idea catastrófica, solo rescatamos a algunas: Elizabeth Bennet (Orgullo y prejuicio de Jane Austen), las hermanas de Mujercitas, Ana de las Tejas Verdes… Aquellas que encajan en lo que hoy denominamos “personaje femenino fuerte”. Es decir, lamentablemente, el único personaje al que le otorgamos nuestra “merecida” atención. ¿Y el resto? Olvidadas.
Foto: "Algunos le quitan el polvo a sus estanterías para desenterrar las prosas de mujeres que la Historia ha olvidado", Julieta Nino.
No conocemos los nombres de esas protagonistas femeninas fuertes que no se rebelaron, que no se quejaron o criticaron o pensaron por afuera de la norma. No son hombres, pero tampoco las incluimos entre nuestros personajes femeninos supuestamente importantes. No cuentan. Así, celebramos a Emma Woodhouse de la novela de Jane Austen, pero olvidamos a Elizabeth Lavenza en Frankenstein, a Edna Pontellier (El Despertar) en vez de a Julieta.
Tampoco las mujeres que son “demasiado”, son tenidas en cuenta. Los viles actos llevados a cabo por Lady Macbeth (Shakespeare) nos repugnan (¿sería así si fueran efectuados por un hombre?) y la manipulación de Daisy Buchanan (El gran Gatsby) es mal vista aunque la alabaríamos viniendo de Gatsby. ¿Por qué no valen? Si los oscuros personajes de Katniss Everdeen y las asesinas ficticias contemporáneas son a lo que le damos el visto bueno, ¿por qué no a los ejemplos previos? Porque ni Lady Macbeth ni Daisy Buchanan son las protagonistas de sus libros. Katniss Everdeen lo es.
Foto: Katniss Everdeen, el personaje principal de la trilogía de libros juveniles "Los juegos del hambre" de la escritora Suzanne Collins, interpretada por la actriz Jennifer Lawrence.
Los “personajes femeninos fuertes” solo se nombran cuando son el personaje más fuerte de la historia y no una mujer sorprendente en el relato de algún hombre. Si el título es Macbeth o El Gran Gatsby, son mujeres con características de hombre; grandes mujeres, pero solo alabadas por salirse de la norma y contradecir al personaje masculino. Si el título es Ana Karenina, dicha mujer ha hecho algo que merece un primer plano. Un único plano. Ha llegado a ser tan válida como un hombre.
Lo que hoy llamamos “personaje femenino fuerte” es lo siguiente: mujeres asesinas, mercenarias, empresarias talentosas, trabajadoras que son sus propias jefas, luchadoras, rebeldes del sistema, hackers, criminales, etc. Tokio y Nairobi de La Casa de Papel. ¿Y sus personalidades? Arrogantes, ambiciosas, inteligentes, astutas, ruidosas, orgullosas, valientes, atrevidas. ¡Qué curioso que antes esos eran atributos solo aceptables en personajes masculinos! En cambio, aquellas que son miedosas, tímidas, soñadoras, dulces y apasionadas son tratadas como muñecas de trapo que es mejor no tocar por si se rompen.
Los personajes femeninos fuertes de hoy son aquellos con los rasgos que han sido reservados para los hombres durante siglos.
Y tiene sentido, por supuesto. Es grandioso que dichos roles puedan interpretarse por mujeres. Es inspirador y gratificante que esas cualidades se alaben en vez de que sean descritas como “inadecuadas porque son solo de hombres”. Sin embargo, no siempre somos conscientes de que eso es lo que son los personajes femeninos de hoy. Lo que no han sido antes. Lo que sea que quieran ser, porque ese es el futuro que buscamos para las mujeres de hoy.
Foto: Hermione Granger es uno de los personajes principales de la saga de películas de Harry Potter, interpretada por la actriz Emma Watson.
Entonces, si es tan maravilloso tener personajes así, lo sepamos o no, ¿qué se supone que debemos hacer con las mujeres que no encajan en esa categoría? Al fin y al cabo, son mujeres de antes, y los escenarios históricos que habitan limitan lo que pueden llegar a ser. ¿Médicas? ¡Las condenarían de brujas! ¿Profesionales? ¡No tenían acceso a una educación! Pero no por eso son “menos mujeres”. No por eso debemos borrarlas de la categoría “protagonistas femeninas”. ¿Qué quiero decir? Hoy en día, el lugar de la mujer en la ficción es enorme, infinito, pero las mujeres que incluimos son solo algunas.