MÁS PLACER

Disfrutar de nuestra sexualidad es un derecho

El placer sexual es un derecho y deberías saberlo. Si alguna vez sentiste que una práctica sexual no te satisfacía o no te generaba bienestar, y que por temor a lastimar a la otra persona lo soportabas igual, esta nota es para vos.
martes, 29 de junio de 2021 · 09:57

Por Sofía Lirio
Psicóloga MPRN 2242, futura sexóloga y fundadora de Para Más Placer 


Muchas veces nos encontramos envueltos en situaciones sexuales que quizás no nos gustan o nos incomodan, sobre todas las cosas, no nos generan placer. Sin embargo, a pesar de este sentimiento, no hacemos absolutamente nada para cambiar esta situación, por temor, vergüenza o culpa, al que dirá o pensará la otra persona de mi. 

Si alguna práctica sexual no te satisface, no tengas temor en comunicarlo. Por eso, algo que deberías saber es que el placer sexual es tu derecho. Así lo definió la Organización Mundial de la Salud, que lo reconoce como derecho entre tantos otros derechos sexuales y reproductivos. Si tenemos en cuenta que una de las principales razones por las que tenemos sexo o practicamos autoerotismo, es el placer, la OMS lo considera como derecho porque es fuente de bienestar físico, psicológico, intelectual y espiritual, y esta concepción coincide de alguna manera con su definición de salud.

 

El mayor gesto de amor que podemos hacer por nosotros es trabajar aquellas inhibiciones que limitan nuestro placer y poner en práctica nuestra inteligencia erótica comunicando aquello que nos excita. 

 

Es importante que quede en claro lo siguiente: el placer sexual, es mucho más amplio que tener un orgasmo o eyacular. En el mismo participan diferentes sensaciones de disfrute, goce o satisfacción que se experimentan en una relación sexual y que no solo se reducen al acto coital o lo genital. También influye aquello que se experimenta a través de los cinco sentidos: el visual, olfativo, auditivo, táctil y el gustativo. Es dinámico, variable, siempre va a ser uno por uno, porque si bien muchas personas pueden compartir gustos similares, por ejemplo: la fantasía del trío, el modo en que se piensa, la forma de imaginarlo y el sentir va a ser distinto. 

El placer sexual también es lo “previo”, desde el cortejo, las ganas de verse y encontrarse, los pensamientos, las fantasías. Hasta lo posterior, el after care y el cuidado después del encuentro sexual. Hay veces que nos pueden generar placer las cosas más insólitas y oscuras, como el dolor, una fantasía moralmente incorrecta o un pensamiento indebido (que quizás nos hubiera gustado que jamás se nos cruce por la cabeza). Incluso puede pasar, muchas veces, que un susurro al oído te puede genere más escalofríos que un buen sexo oral. Quizás todavía hay miles de maneras en las que recibirías placer y todavía no las descubriste o las desconocés. 

 

"Es importante que quede en claro lo siguiente: el placer sexual, es mucho más amplio que tener un orgasmo o eyacular".

 

A lo que voy con todo esto, es a la importancia de comunicarle al otro aquello que nos gusta y lo que no nos gusta para nada en un encuentro sexual. Te propongo que seas activistas de una sexualidad más placentera y agradable porque, al fin y al cabo, es un derecho que mereces disfrutarlo.

Si reforzamos conductas que no nos agradan en la otra persona, jamás se va a enterar de que estamos teniendo un momento no tan agradable. Por eso es importante poner en práctica dos cosas: el autoerotismo, para que puedas descubrir qué es lo que a vos te genera satisfacción sexual; y una comunicación sexual asertiva para que sepas poner en palabras aquello que te vuela la cabeza. 

El mayor gesto de amor que podemos hacer por nosotros es trabajar aquellas inhibiciones que limitan nuestro placer y poner en práctica nuestra inteligencia erótica comunicando aquello que nos excita.

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