La escritora y abogada marplatense Gabriela Exilart, una de las voces más leídas de la novela histórica argentina, llegó a la región para presentar en la Feria del Libro de Cipolletti su nueva obra El secreto de Azucena. Antes de la presentación conversó con el programa Entretiempo por AM550 sobre la trama, el detrás de escena de su trabajo de investigación y el modo en que la ficción permite iluminar episodios poco conocidos.
“La novela transcurre en el Tandil de 1872, un pueblo recién nacido, con un fuerte de frontera y rodeado por la amenaza de los últimos malones”, contó Exilart. Su historia se entrelaza con un hecho real: la llamada Masacre de Tandil, ocurrida la madrugada del 1° de enero de 1872, cuando un grupo de alrededor de 50 gauchos asesinó a 36 inmigrantes vascos, italianos y españoles.
La autora reconstruye aquel episodio combinando documentos, investigación histórica y personajes ficticios. “Mis protagonistas se mezclan con los reales. Hubo un curandero al que acusaron como autor intelectual, pero después se descubrió que fue utilizado como chivo expiatorio. Detrás había un conflicto político y económico: los extranjeros estaban logrando cierto poder en la zona”, explicó.
“Me gusta indagar en hechos que la historia oficial no contó. El caso de Julieta Lanteri, por ejemplo, fue revelador: una mujer que luchó tanto por los derechos femeninos y que tuvo tan poca visibilidad. A mí me movilizan esas injusticias del olvido”, afirmó.
Azucena y las mujeres que debían sobrevivir al margen de la ley
La protagonista de la novela, Azucena, es hija de uno de los inmigrantes atacados. Tras el crimen de su cuñado, la joven queda a cargo de una niña y de una estancia en un tiempo en que las mujeres no contaban con derechos legales ni herramientas para administrar bienes. “Me interesaba mostrar esa complejidad: cómo sobrevivían, cómo se enfrentaban a una sociedad que no las reconocía como sujetas de derecho”, señaló.
Elegir historias poco transitadas no es casual en la obra de Exilart. Sus novelas anteriores, como El susurro de las mujeres y El vuelo de la libélula, entre otras, también recuperan momentos y personajes que no suelen aparecer en los libros escolares.
“Me gusta indagar en hechos que la historia oficial no contó. El caso de Julieta Lanteri, por ejemplo, fue revelador: una mujer que luchó tanto por los derechos femeninos y que tuvo tan poca visibilidad. A mí me movilizan esas injusticias del olvido”, afirmó.
La protagonista de la novela, Azucena, es hija de uno de los inmigrantes atacados. Tras el crimen de su cuñado, la joven queda a cargo de una niña y de una estancia en un tiempo en que las mujeres no contaban con derechos legales ni herramientas para administrar bienes.
El trabajo de investigación: libros perdidos, archivos y conversaciones
La autora reconoce que cada novela le lleva alrededor de un año entre investigación, escritura y correcciones. El proceso incluye la búsqueda de bibliografía específica —a veces agotada o editada por universidades de otras provincias—, entrevistas y materiales audiovisuales.
“A veces encontrar un libro puede ser una odisea. Con Julieta Lanteri conseguí uno en San Martín de los Andes: me salió más caro el envío que el libro. Pero yo necesito empezar por el papel, por la fuente primaria, y desde ahí armar mi universo de ficción”, relató.
Exilart también adelantó detalles de otra de sus obras más celebradas: El vuelo de la libélula, situada en Ushuaia y centrada en el hundimiento del buque Monte Cervantes, conocido como “el Titanic argentino”.
“Fue un naufragio con un solo muerto: el capitán. Los náufragos eran más numerosos que los habitantes del pueblo. En ese escenario surge un crimen, una investigación y también una historia de amor”, describió. Su trama incorpora además elementos de la cultura yagán, mediante personajes vinculados a los primeros habitantes de la región.
La entrevista completa: