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Primeros auxilios para salvar la vida de tu animal de compañía

Te contamos qué acciones pueden ser efectivas ante situaciones urgentes e inesperadas.

Martes, 20 de mayo de 2025 a las 18:26

Para quienes tenemos animales en casa, su bienestar es prioridad absoluta. Ya sean perros o gatos, cualquier situación que los afecte pone a prueba la templanza y el conocimiento de quienes los cuidamos. Por eso, saber cómo actuar ante una emergencia puede marcar una diferencia vital.

Los primeros auxilios consisten en una serie de medidas inmediatas que se aplican, por ejemplo, a un animal herido o en peligro, antes de recibir atención veterinaria. Si bien no reemplaza la asistencia profesional, permite estabilizar al animal y prevenir complicaciones graves. Aplicar primeros auxilios de forma correcta, puede aumentar hasta un 25 % las probabilidades de supervivencia en situaciones críticas.

Cualquier persona puede brindar primeros auxilios, si mantiene la calma y cuenta con información adecuada. Siempre es importante capacitarse con cursos o guías confiables. Aun así, una vez pasado el momento crítico, es fundamental llevar al animal al veterinario.

Estas son algunas de las situaciones límite más comunes en perros y gatos.

Ahogamiento o asfixia

Si un animal presenta signos de asfixia, tos intensa, encías azules, dificultad para respirar, puede ser que tenga un objeto atascado. El primer paso es revisar su boca con cuidado. Si el objeto es visible y es posible retirarlo sin riesgo de empujarlo más adentro, debe hacerse suavemente con los dedos o una pinza. Nunca introducir la mano sin mirar.

Si no respira, conviene aplicar la maniobra de Heimlich adaptada: en perros pequeños o gatos, se puede presionar con la palma justo debajo de las costillas. En perros grandes, abrazarlos desde atrás y ejercer presión desde abajo hacia arriba. Si no reacciona, iniciar respiración boca-hocico.

Hemorragias

En heridas sangrantes el control inmediato es esencial. Se debe aplicar presión con una gasa, un paño o una toalla limpios, para ayudar a frenar la pérdida de sangre. No se debe quitar el paño si se empapa sino colocar otro encima.

En gatos, si el sangrado es abundante, es importante no mover demasiado al animal y mantenerlo envuelto para tranquilizarlo. También en ésta situación se debe mantener la presión sobre la herida hasta llegar al veterinario.

Envenenamiento

Ante una posible intoxicación no se debe provocar el vómito sin consultar antes a un profesional, ya que en algunos casos ésta medida puede empeorar la situación. Es importante identificar la sustancia ingerida y guardar el envase o una muestra.

En perros, los síntomas pueden incluir salivación excesiva, temblores, vómitos o convulsiones. En gatos, además, pueden presentar cambios de comportamiento y pérdida de coordinación. Ante estas situaciones es importante llamar de inmediato a un centro de toxicología veterinaria o acudir a un profesional.

Golpes de calor

Durante los días de temperaturas muy elevadas, el golpe de calor representa un riesgo grave. Si el animal jadea en forma intensa, está débil o se tambalea, se lo debe trasladar a un lugar fresco y aplicarle paños húmedos en cabeza, cuello y abdomen. Ofrecerle agua fría pero sin forzarlo.

Como los gatos suelen esconderse cuando se sienten mal, es importante observar cualquier cambio de comportamiento. En todos los casos evitar bañarlos con agua fría ya que puede provocar un shock.

Convulsiones

Cuando un animal sufre una convulsión no se lo debe sujetar ni colocar objetos en la boca. Es conveniente alejar muebles u objetos que puedan lastimarlo y anotar cuánto dura el episodio.

Cuando pase la convulsión se debe cubrir al animal con una manta liviana y procurar tranquilizarlo. De inmediato transportarlo con cuidado al veterinario. Tanto en perros como en gatos, las convulsiones pueden ser originadas por intoxicaciones, golpes o epilepsia.

Fracturas

Ante la sospecha de una fractura (cojera , extremidad colgante, dolor intenso) lo indicado es inmovilizar la zona con una tabla, toalla o algún elemento rígido. Nunca intentar acomodar el hueso o manipular la zona dañada.

En el caso de los gatos, el traslado debe realizarse con especial cuidado ya que el estrés puede agravar el cuadro. Lo ideal es ubicarlos en una caja cerrada, con orificios de ventilación y una base blanda y mullida para apoyarlos.

¿Qué hacemos si los primeros auxilios no funcionan?

Si el animal no responde a las maniobras aplicadas, lo principal es actuar con rapidez. Comunicarse con un centro veterinario de urgencia o acudir al más cercano puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.

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