En las calles de Neuquén, entre plazas y festejos, puede aparecer de sorpresa un visitante muy especial: un enorme robot amarillo que baila, hace reír y despierta la fascinación de todos. Se trata de Bumblebee, el Transformer más querido de la saga que conquistó el cine y las jugueterías, ahora convertido en estrella de cumpleaños y paseos familiares.
Bumblebee no es cualquier robot: mide casi dos metros, tiene ojos que brillan, emite sonidos y, lo más importante, baila sin parar. Cada vez que llega a una fiesta se roba la atención de grandes y chicos, posa para las fotos de las velitas y hasta logra que los más tímidos se animen a tirar unos pasos en la pista. Cada tanto se lo puede ver paseando en el Paseo de la Costa de la ciudad, porque le encanta encontrarse con la gente.
“Para los adultos es pura nostalgia, porque crecieron con la saga. Y para los chicos, verlo en persona es un sueño cumplido. Nadie se resiste a una foto con él”, cuenta entre risas Pilar, que junto a su compañero Jesús, son los responsables de Planeta Led, el emprendimiento neuquino detrás de este show.
Backstage
Claro que la magia también tiene su esfuerzo: el traje de Bumblebee pesa unos 20 kilos y requiere de una persona con buen estado físico para operarlo porque además de ser pesado, hay que tener la habilidad de moverse de la cintura para abajo, porque la parte de arriba es de una sola pieza, explica Pilar. “Prepararlo lleva unos 30 minutos y el show dura unos 40 minutos. Y, aunque es pesado, lo disfrutamos porque la reacción de la gente lo vale todo”, agrega uno de los integrantes del staff, que opera a Bumblebee.
El robot, fiel a la película, no habla, pero emite los típicos sonidos de una radio rota que intenta sintonizar y solo reproduce fragmentos de canciones… Sí, como sucede en las pelis, lo que lo vuelve aún más gracioso. Además, tiene luces y movimientos que llaman la atención de quienes se acercan.
Pilar, comparte una de las anécdotas más tiernas que vivió el staff de Planeta Led con el robot: “En un cumpleaños, un nene de cuatro años se le quedó mirando fijo y, de repente, lo abrazó fuerte diciéndole: ‘¡Viniste a mi cumple! Al final viniste’. Después, la mamá nos contó que dormía abrazado a su muñeco de Bumblebee y que todas las noches le pedía que vaya a su fiesta. A los días, el nene vino junto con su mamá al local con un pedazo de torta y un dibujo para regalárselo. Claro, porque nosotros sabemos dónde vive el Transformer. Y bueno, ese dibujito lo guardamos en la agenda de Bumblebee, porque nos emocionó a todos”.
“Ver la cara de los niños es impresionante, no solo para los operadores del robot sino para todos los que estamos ahí con ellos trabajando. Porque lo miran con esa dulzura y esa ingenuidad de los niños, con la que le dicen: “Yo te vi en la película, yo te fui a ver al cine” y eso nos encanta”, agrega.
Un mundo de luces
Bumblebee es solo una parte del universo creativo de Pilar y Jesús, estos dos jóvenes emprendedores que decidieron que en Neuquén también se podían vivir shows a la altura de las grandes ciudades. Así nació Planeta Led, un emprendimiento pionero en la región con robots luminosos, osos gigantes, personajes cabezones como Messi, el Dibu Martínez o Daddy Yankee y también clásicos como Luis Miguel y Freddie Mercury; pistolas de humo y un túnel de luces infinito que sorprende a todos.
La última incorporación fue un Teddy gigante de 2,5 metros, tan tierno como irreverente, que se roba aplausos con sus salidas inesperadas. Y claro, junto con el gran Bumblebee, son una de las atracciones más pedidas.
“Siempre buscamos traer lo que vemos en Buenos Aires, porque no nos gusta que digan que acá en Neuquén no se consigue nada. Queremos que en Neuquén también se disfrute lo nuevo y lo distinto que hay en las grandes ciudades. Estamos muy pendientes de ver qué es lo que se está usando, qué es lo nuevo, cuáles son las tendencias. Y apenas podemos, lo traemos”, explica Pilar que trabaja junto a un equipo de 10 personas, de lunes a lunes, para que la fiesta nunca pare.
Alta fiesta
Emprender en el mundo del entretenimiento no es sencillo. Se trabaja todos los fines de semana, siempre hay faltazos a reuniones familiares y juntadas con amigos, conlleva mucho sacrificio. Pero la recompensa está en la energía de cada show. Porque, al final del día (o de la noche), lo que queda son las caras de asombro de los chicos y la emoción de los grandes cuando Bumblebee irrumpe en la escena y vuelve realidad la ilusión de muchos.
“Como todo, este trabajo tiene su parte difícil porque te perdés un montón de momentos porque trabajamos todos los fines de semana. Pero la verdad es que siempre estamos muy agradecidos a Planeta Led porque hemos logrado un montón de cosas. Porque nosotros no solo alquilamos atracciones; nos metemos en la fiesta, bailamos con la gente y la pasamos bien junto a ellos. Eso marca la diferencia”, resume Pilar.
¿Y qué es lo que más festejan los neuquinos?, había que preguntar. “Después de la pandemia, se festeja todo. Hasta una separación. Al neuquino le gusta la joda, el cotillón, la diversión. Y ahí entramos nosotros con robots, luces y humo. Es ese toque extra que convierte una fiesta en inolvidable”, concluye Pili que, obvio, siempre es el alma de la fiesta.