Nido del Tiempo

Atrapados en un paraiso blanco

Imágenes y videos del temporal desde adentro.
lunes, 22 de julio de 2019 · 10:46
Video 1: El lago Nahuel Huapi algo sabía. Esa mañana amaneció creyéndose mar.
Video 2: You sexi mother fucker, la curvilínea calle Sargento Rolando minutos antes de la gran nevada. 
Video 3: Invisible, detrás de la nube de nieve, el lago Nahuel Huapi.
Video 4: Av. Bustillo. Las nieves del tiempo platearon su sien.
Video 5: Domingo 21. Rutas abiertas. Camino a casa. Siguiendo el sol, después de 3 días de desaparecido.

 

La mente en blanco

 

El pasado viernes 19 de julio comenzó a nevar en Bariloche y ya no pararía más hasta entrado el calor del mediodía del domingo 21.

La tan esperada nevada de invierno cayó precisamente el día del recambio turístico, poniendo a la ciudad una situación de sobreexigencia extrema, mientras era monitoreada por el ojo inclemente de la prensa nacional.

El maravilloso fenómeno natural lentamente dejaría de ser disfrutado como maravilloso, para convertirse en fenómeno a secas para quienes queriendo salir, ya no puedieron . 

Rutas intransitables, calles cortadas, ingresos clausurados, nada de luz eléctrica, nada de agua caliente, pocos medios de comunicación, colegios habilitados refugios, colectivos convertidos en improvisados dormis; nos proponían un camino de dos rutas, y  solamente dos: sentarse a disfrutar esta postal invernal infernal, o dejar que las preguntas y las molestias nos gobernaran la cabeza: ¿Está Bariloche preparada para responder una nevada semejante? ¿Debería estarlo? ¿Es posible estarlo? ¿Cómo estarlo? ¿Cuántas medias secas me quedan?

Nosotros elegimos la primera opcion y dejamos, literalmente, la mente en blanco.

 

Exilio blanco. Avenida Bustillo, detrás de la espesa nube, el Lago Nahuel Huapi. Los pocos autos que transitan se dividen entre nycs (nacidos y criados): autos sin cadenas y turistas, con sus ruidosos autos encadenados. 

 

Ph: Durbar Travel.

 

Tejido de nieve y pino: las ramas de los árboles hipnotizaban por su magia blanca. También representaron un gran peligro, los arboles más viejitos no soportaban el peso de tanta nieve, cedian ante el dolor, causando diversos accidentes.

 

Efecto inviernadero. A todo le suma un touch de dramatismo.

 

Despiértame cuando pase el nievor.

 

Sexi y atrevida, la calle Sargento Rolando y sus curvas blancas.

 

 

Rara, como encendida. La ciudad.

 

Bizarroche

De tanto blanco, uno empieza a mirar para otros lados.

 

Si supiera el trovador que acá está su unicornio. (Justo en el ingreso de una chocolatería, pisado por transeúntes y endulzado con migajas de bombones).

 

Si me llevan en trencito. Sólo los que miramos para arriba en esos días, encontramos la verdadera salida de escape. ( Más de 60 juegos y juguetes en el techo de un restaurant sobre la calle principal). 

 

Creepypasta. Entrada libre. Salida, dudosa.

 

Eterno resplandor 

A partir del domingo al mediodía los caminos internos y las rutas volvieron a ser transitables y la pausa de dos días al fin llegaría a su fin. Dejándonos la sensación de haber vivido un fabuloso espectáculo de naturaleza viva y un tanto enojada.

 

Sobre la ruta 167 lo formación rocosa llamada el "El dedo de dios" nos indica el camino de regreso a casa. 

 

 

 

 

 

 

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