Nido del Cielo

Al son del viento

Desde hace 20 años, Diana Ross hace barriletes y los remonta en los cielos patagónicos. Hoy nos cuenta cómo se siente aquello de estar al son del viento.
domingo, 1 de septiembre de 2019 · 08:20

Por Carla Barbuto

Diana Ross tiene voz risueña. Como corresponde a quien cumple 20 años de hacer barriletes y soltarlos a los cielos patagónicos.
Con su tono tranquilo, nos habla del disfrute de dibujar algo que volará, de la alegría de remontar como niño y de su barrilete especial, (que vuela con mucho y con poco viento). 


¿Cómo empezase a volar?
Allá por el 99 empecé con los barriletes, llevo más de 20 años. Yo nunca había tenido experiencia de hacer ni remontar un barrilete y, por esas cosas de la vida, un amigo de mi hijo me dijo que sería una buena idea que me consiguiera un barrilete y lo remontara. Me pareció una idea rara, le consulté a una amiga y le dije: “No sé ni dónde conseguir un barrilete”. Y ella me respondió: “Tengo uno”. Fue muy inesperado. Me lo prestó y salí a remontarlo. Me costó, al principio. Fue un descubrimiento impactante porque sentí “me gusta mucho”.
Empecé a buscar e investigar el tema. En ese entonces no era como ahora, que podés encontrar todo enseguida. También por casualidad me enteré de "Barriletes a toda Costa" (BaToCo), una asociación de aficionados de Buenos Aires. Como y viajaba a visitar a mi familia, me comuniqué con ellos, que se  juntan los domingos a la mañana a remontar. Me dieron un montón de información, me prestaron libros, fotocopias, me indicaron dónde comprar material. 

Y con todo eso volviste  a Bariloche
Si, volví a Bariloche y me puse, en el living de mi casa, a dibujar. Fui siguiendo paso a paso el libro “Kites for everyone” (“Barriletes para todos”), de Margaret Greger. Empecé con los que me parecían  más sencillos y, cada vez que terminaba uno, salía corriendo a probarlo a ver si volaba. Me agarró tal entusiasmo que en todos los ratos libres yo estaba con barriletes. Y a veces volaba y a veces, no. ¡Era tremendo! (se ríe con muchas ganas como si recordase a esos rebeldes). Claro, y yo no entendía por qué no volaban.
me acuerdo que ya había empezado a usar email y así pude comunicarme con mis nuevos amigos se la asociación. Yo les escribía:  “Hice esto y esto, lo probé y se cae para un costado”. Y ellos me hacían sugerencias y me daban ánimo.

¿Cómo compite el barrilete hoy en día?
Durante muchos años fui docente. Empezar a hacer los barriletes, hacer descubrimientos y divertirme me hizo querer incorporarlos a la docencia. Así que daba talleres (ahora me acabo de jubilar) en el Grupo Encuentro. Me acerqué con la propuesta de los barriletes y empecé con los chicos de a poco. Siempre encontré entusiasmo en ellos. Y, si no había entusiasmo al principio, se despertaba después en el momento de remontar. Para los chicos, el trabajo manual, creativo, artesanal y que después ver que eso vuela… ¡eso entusiasma un montón!
Sin duda, la tecnología, fuera de los constructivo que puede ser, trae el tema del sedentarismo, estar siempre adentro… y eso es una pérdida para los niños. Con los barriletes, después de la parte artesanal, estás afuera, con el viento, el cielo, la naturaleza. Este es un aspecto tan lindo, tan lúdico.

 

¿Qué querías que tus alumnos se llevaran en el alma?
(piensa) Lo que uno puede hacer con sus manos… (de detiene, repiensa y retoma) ¿Qué pasa si los barriletes se enredan cuando los remontamos? ¿Qué hay que hacer para que no se rompan? Como yo proponía hacer barriletes de forma grupal, era importante que se ayudaran… supongo que les enseñaba sobre solidaridad.
Al principio de los talleres, noté que chicos que nunca habían hecho nada, veían que podían. O se frustraban y rompían todo. Eso después ya no pasaba y sabían que, si se equivocaban, se arreglaba.  Fue muy rico, que lo aprendieran era un premio.

¿Y ahora estás jubilada de los barrilete?
No, ahora, con todo el tiempo que tengo como jubilada, puedo profundizar en el diseño, los modelos y tuve la muestra, en la Escuela de arte “La llave”.

¿Tenés un barrilete preferido?
Claro, es uno que sé que vuela con poco o mucho viento. Es un barrilete personal.

 

¿Cómo es el proceso de hacer un barrilete?
Con lo geométrico, me pongo con papel y lápiz. Armo una estructura posible, los moldes… hago un prototipo en un material accesible, hago pruebas de vuelo. Cuando veo que anda bien, hago el barrilete completo, pintado… lleva horas de trabajo.
También hago forma de la naturaleza. Por ejemplo, quiero hacer un cóndor y un Martín Pescador. En ese caso, miro fotos, dibujo adaptándolo a la forma del barrilete, hago el prototipo y sigo los mismos pasos que con los geométricos. ¡También podés hacer un barrilete en media hora! Agarrás dos varillas, cola, papel diario, un piolín y listo… ¡Es igualmente lindo!

 

 

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