Santuario del Mato Grosso

¡Buena vida Mara!

La elefanta que habitaba el Ecoparque porteño desde 1995, llegó a destino después de un viaje de 2.700 kms.
miércoles, 13 de mayo de 2020 · 22:55

La tarde del sábado 9 de mayo, Mara caminó lento por su recinto  e ingresó voluntariamente a la caja de traslado como si supiera que estaba a punto de comenzar un largo viaje que la llevaría a un destino distinto y esperanzador.

Sus cuidadores, los veterinarios y el personal que trabajó en su entrenamiento y cuidados, la despidieron con caricias y lágrimas.

Mara viajó despierta, no abandonó la caja en ningún momento y fue monitoreada cada 2 ó 3 horas por el equipo técnico que la acompañó, alimentó, limpió y evaluó hasta Foz de Iguazú. Durante el viaje comió frutas y verduras, alfalfa, bambú y una nutrición suplementaria.

Se estima que Mara tiene entre 50 y 54 años. La esperanza de vida en cautiverio de ésta especie es de 75 años. Llegó al zoológico porteño el 16 de octubre de 1995, luego de ser entregada tras la quiebra del Circo Rodas.

Mara era la única elefanta asiática del Ecoparque porteño y compartía su recinto con dos elefantas africanas, Kuky y Pupy,  hermanas nacidas en el Parque Kruger de Sudáfrica.

El traslado se realizó por tierra y contó con un protocolo especialmente adaptado a las exigencias sanitarias requeridas ante la pandemia de coronavirus.

El lunes 12 en la aduana, se realizaron los trámites de rigor y los veterinarios y técnicos argentinos se despidieron de Mara y entregaron la posta al equipo del Santuario de Elefantes ubicado en Chapadas do Guimaraes en el estado de Mato Grosso,  que se encargará de ella de ahora en más.

Pasado el mediodía de hoy, Mara descendió de la caja que la trasladó y caminó tímidamente por el campo. Después jugó con agua y se tiró tierra con su trompa como lo hacía en el Ecoparque porteño. Sus acompañantes destacaron la tranquilidad y el buen ánimo que manifestó durante los 2.700 kms. de travesía que duró cuatro días.

Si bien no es necesario un período de cuarentena porque ya se hizo en el Ecoparque, si será necesario un período de adaptación que estará a cargo del personal técnico del santuario, donde se relacionará con su nuevo ambiente, dieta y manejo en general. El tiempo que dure la adaptación dependerá de la evolución de Mara durante el proceso.

Hoy Mara camina por primera vez en su vida en un ambiente natural, bajo un cielo límpido y una temperatura muy parecida a la tierra donde nació, respira  aire puro que oxigena sus pulmones y su corazón.

Deseamos que disfrute por mucho tiempo de ésta nueva oportunidad que le da la vida y que no haya nunca más más animales arrancados de su hábitat para regocijo del animal humano.

¡Buena vida Mara!

 

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