Si Messi fue la cara de la noche, Neymar fue la cruz. El brasileño, que recibió infracciones de todos los colores, rompió a llorar apenas terminó el partido. Se quedó sin Copa América, la que todavía no ganó.
Consumada la derrota, Neymar mostró su lado más deportivo felicitando a los ganadores y se detuvo especialmente con su amigo Lionel Messi, con quien se fundió en un abrazo interminable. Dos amigos que emocionaron a Maracaná y a las millones de personas que siguieron el partido por TV.
Más tarde, se hicieron virales unas imágenes de los dos en zona de vestuarios. Tras el fragor de la batalla, Neymar y Messi se sentaron en las escaleras y tuvieron una charla entre risas que captaron las cámaras. Uno ganó y otro perdió, pero la amistad está por encima de todo.