En un partido digno de una final, Sudáfrica le ganó por 12-11 a Nueva Zelanda y se consagró campeón del Mundial de Rugby 2023 por segunda vez consecutiva. Con el logro obtenido, los Springboks se convirtieron en los máximos ganadores del trofeo Webb Ellis.
El duelo definitorio arrancó electrizante con una falta del jugador de los All Blacks Shannon Frizell que derivó en una tarjeta amarilla y dejó a su equipo con uno menos por diez minutos.
Esa acción también sacó de la cancha a Mbongeni Mbonambi (ingresó Deon Fourie) y le dio la oportunidad a Handre Pollard de anotar los primeros tres puntos para los Springboks con un penal cargado de suspenso, porque la ovalada pegó en el poste antes de ingresar por el sector correcto.
La impresionante presión sudafricana en el inicio de la final en París sacudió a los All Blacks, quienes cedieron terreno y fueron golpeados por la precisión de Handre Pollard en dos oportunidades más. Los neozelandeses apenas pudieron descontar con un penal convertido por Richie Mo’unga en el minuto 16.
Para colmo, tras una intervención del TMO por tackle alto, el capitán Sam Cane vio la amarilla y registró la segunda tarjeta en media hora de juego. Minutos después, la decisión de los árbitros fue cambiada a expulsión y obligó a los hombres de negro jugar todo el partido con un jugador menos.
Seguido Pollard firmó el 12-3 en 34' y parecía que sería el fin para Nueva Zelanda, pero mostraron un gran orgullo deportivo ante la adversidad. Ya que Richie Mo’unga acertó a las haches para establecer el 12-6 antes del entretiempo e irse al descanso un poco más aliviados pese a estar en inferioridad numérica.
La segunda mitad empezó con una salida agresiva de Sudáfrica que falló algunas chances ofensivas concretas. De haberlas concretado, hubiesen cambiado el destino del cotejo.
Una amarilla para el sudafricano Siya Kolisi por tackle alto en 15', fue la excusa perfecta para que los All Blacks volvieran al partido.
Con ímpetu, llegó el primer try del partido con una gran jugada del equipo neozelandés que culminó Aaron Smith, pero finalmente el árbitro Wayne Barnes apoyado por la revisión del TMO invalidó la conquista kiwi.
Lejos de desmoralizarse, Mark Telea zafó de cuatro jugadores y cedió la ovalada a Jordie Barrett para que finalmente se anote el primer try. Richie Mo’unga falló la conversión que hubiera puesto a su equipo adelante en el marcador pero Nueva Zelanda quedó un punto abajo (12 -11) con 20 minutos por jugarse.
Los All Blacks arremetieron a puro coraje pero no pudieron agregar puntos, ni siquiera luego de una amarilla a Cheslink Kolbe porque Jordie Barrett erró el penal.
Los Springboks salieron del asedio a partir de la fortaleza de sus delanteros y disputaron los últimos minutos cerca del in-goal rival, de esta manera cerraron el partido con el golpe de energía necesario para contener a Nueva Zelanda y se consagraron campeones del mundo por segunda edición consecutiva.