INFORME ESPECIAL

Abuso sexual, un lado muy oscuro de nuestro fútbol

En poco más de 20 días, varios casos impactaron la agenda con diversas consecuencias, exponiendo que el tratamiento de los clubes deja muchos cuestionamientos.
martes, 26 de marzo de 2024 · 16:46

Entre la múltiple cantidad de aristas del caótico fútbol argentino, el mes de marzo mostró particularmente una muy oscura: dos casos de abuso sexual, uno particularmente muy mediático, y la postergación de un juicio por el mismo delito a Jorge Martínez, ex entrenador del equipo femenino de Boca ponen al descubierto que este tipo de hechos violentos siguen repitiéndose en el ámbito.

El pasado 2 de marzo, una joven de 24 años denunció haber sido abusada por cuatro jugadores de Vélez Sarsfield en Tucumán. El caso cobró una notoriedad importantísima, y tras varios días de desarrollo tiene a los futbolistas José Florentín, Braian Cufré y Abiel Osorio identificados como los autores afrontando prisión provisional por 90 días en el lugar del hecho y a Sebastián Sosa, quien tuvo implicación en el abuso pero si fue señalado como partícipe necesario del hecho, en libertad tras pagar una caución. Todos, con prohibición de dejar el país.

A la explosión mediática de este caso se le sumó la detención de Julián Encina y Enzo Tejada, dos jugadores de la Reserva de Godoy Cruz acusados de abuso sexual agravado por acceso carnal. Los futbolistas, de 19 y 18 años respectivamente, habían sido imputados en noviembre por este hecho, ocurrido en octubre de 2023. El pasado 18 de marzo fueron detenidos y trasladados a una cárcel de la ciudad de Mendoza.

Para culminar un mes que tuvo al abuso sexual como tema recurrente, también comenzó el juicio a Jorge Martínez, ex entrenador del equipo femenino de Boca y acusado por Florencia Marco, jefa de prensa del plantel en aquel momento. El procedimiento se inició el pasado viernes y fue postergado ayer por el pedido de nulidad de la defensa, alegando que el juez de la causa, Sergio Paduczak, tiene una actitud tendenciosa.

Marco, la denunciante, es empleada en Boca desde hace 11 años y acusó a Jorge Bermúdez, Raúl Cascini, Marcelo Delgado y Mauricio Serna (que iban a declarar en favor de Martínez) de encubrir el abuso: “El Consejo de Fútbol fue cómplice para que siga sucediendo.Va a quedar expuesto, no solamente por mí sino por todas las mujeres que pasan y pasaron esta situación”, apuntó la mujer, que desde que radicó la denuncia hace más de un año está licenciada sin goce de sueldo, mientras que su presunto abusador está en la misma condición pero aún percibe su salario.

Todos estos hechos, sumados al resonante caso internacional de Dani Alves, preso por abusar sexualmente de una mujer en una discoteca en Barcelona y que recientemente acordó con la Fiscalía de Barcelona el pago del millón de euros en el que está fijada su fianza, volvieron a poner en el mapa una problemática ante la que el fútbol y sus máximos organismos todavía deben una respuesta clara.

Boca y Vélez, por ejemplo, están entre los clubes que han implementado programas de concientización sobre género y violencia doméstica dirigidos a jugadores y empleados. Este mismo hace hincapié en la “prevención; asesoramiento y asistencia, respeto y privacidad, confidencialidad, no revictimización y protección de la persona denunciante”. Ambos clubes han afrontado más de un caso en el pasado, y sus respuestas no se han adecuado precisamente a lo que marca el protocolo.

Con la exposición de esta forma de violencia de género surge un número de cuestionamientos que trastocan el ámbito del fútbol: cómo se actúa (si es que se hace) para evitar este tipo de situaciones, qué han hecho los clubes una vez que sucedieron o cómo influye la posición de privilegio de muchos de los involucrados en casos de abuso sexual y de qué manera esto trae aún mayores consecuencias a las víctimas que deciden denunciar.

En diálogo con Mejor InformadoJuan Pablo Dobratinich, especializado en Psicología Deportiva y en abordaje de estrés, explica que: “El ser un país recontra futbolero, muy pasional, de emociones fuertes y en donde nos sentimos recontra orgullosos le da al futbolista, sobre todo al de elite que se desempeña al máximo nivel, un halo de “perdón” o bancar todo lo que hagan. Al ser buenos jugadores, ídolos, quienes nos generan alegrías y todo ese mote que se le proyecta al futbolista hace que ellos perciban que están en una situación de asimetría, de poder, y desde ese lugar quizás se siente legitimado para cometer ciertos actos”.

El futbolista brasileño Dani Alves salió este lunes de la prisión de Brians 2 de Barcelona tras depositar en el juzgado un millón de euros de fianza.

Comenta sobre si el contexto bajo el que los futbolistas se desenvuelven (la famosa “burbuja”, donde las personas comunes tendemos a tratarlos diferente y ellos a la vez viven una realidad que tiende a la exclusividad) puede incidir en que se sientan legitimados. “Esos lugares de poder te pueden llegar a hacer sentir que el otro es un objeto, como algo más que si quiero lo agarro y si quiero lo descarto, sin registrarlo como otra persona”, fue el comentario del psicólogo.

No obstante, aclara que en esa realidad el futbolista recibe ofrecimientos contra los que tiene que mantenerse firme, y marca la contención como una de las claves:  “Hay que estar en la piel del jugador también, porque por estar en un lugar tan deseado hay gente que quiere pertenecer a ese círculo y ellos se enfrentan a muchísimas dificultades. Ahí llegan tentaciones de todo tipo y hay que ser muy inteligente, ser frío y estar muy enfocado, y sobre todo muy contenido, con una buena red que ayude a estar con los pies sobre la tierra, algo que no es fácil para el futbolista que tiene cierto nivel y prestigio”, manifestó el Licenciado.

Para concluir sobre este aspecto, Dobratinich especifica que, más allá del espacio de privilegio que pueda tener un futbolista, el camino es la preparación para aceptar un castigo que en la gran mayoría de las ocasiones representa un punto de inflexión en su vida: “En cuanto al deportista, si es que ha cometido esta falta de conducta, el lugar que tenga, sea el que sea, no te exceptúa de la pena. En ese caso hay que ayudar a resignificar y prepararse para las consecuencias a quien ha cometido un error que le va a costar muy caro”.

Lamentablemente, en los últimos años sobraron casos que acapararon la escena como durante los últimos años como la denuncia por abuso sexual contra Frank Fabra, Edwin Cardona y Wilmar Barrios, en ese momento todos futbolistas de Boca, o el escalofriante caso de las inferiores de Independiente que lleva seis años y en el que recién se condenó en diciembre pasado a cuatro responsables (Martín Bustos, Alejandro Dal Cin, Silvio Fleytas y Juan Díaz Vallone). La tendencia a creer en la víctima por parte de la Justicia quizás haya sido lo que visibilizó varios casos más, no solamente de abuso sino de violencia de género con el de Sebastián Villa como el que más acaparó la agenda últimamente. El colombiano, condenado a 25 meses de prisión condicional en Argentina, rompió su contrato con Boca y "huyó" hacia Bulgaria, donde hoy sigue ejerciendo como futbolista. 

Acerca del trato con quienes sufren estos abusos, Dobratinich contó acerca de qué es lo más importante a la hora de abordar a la víctima y puso como caso ejemplo una vivencia personal en la que actuó conteniendo a un persona que sufrió abuso sexual: “En mi experiencia se aplicó un protocolo en donde se apartó a la víctima del victimario, que en ese caso particular fue fácil, y lo principal es cuidar a la víctima que está vulnerable frente a la figura del agresor. Luego hay que dar aviso a la Justicia y preparar a la víctima para la cámara Gesell”.

Juan Pablo Dobratinich, Lic. en Psicología Deportiva
Juan Pablo Dobratinich, especializado en Psicología Deportiva y en abordaje de estrés,

Además, habla de la importancia de no revictimizar y exponer a la persona abusada: “En mi caso, al ver el estado emocional de esta atleta ya me había dicho todo. No me interesé en preguntarle qué pasó, porque esa es una manera de revictimizar, y eso es una de las principales cosas que no hay que hacer. Le dije que en lo posible nadie más se enterara de lo que pasó y que se prepare para contarlo sólo una vez más, con lujo de detalles, en una cámara Gesell. La acompañé, le expliqué como funcionaba ese tipo de declaración, que era la oportunidad de comentar todo lo que le hicieron, y ya después, si no quería, no tenía que contarlo nunca más. En aquel caso se dio aviso a nivel provincial, se puso a su abusador en observación y a las horas, cuando se constató todo, este hombre quedó detenido”, relató el psicólogo sobre aquel acontecimiento.

El caso de los cuatro futbolistas de Vélez volvió a desenterrar un tema que destapa un lado muy oscuro del fútbol argentino, que suele olvidarse una vez que el tiempo transcurre pero que ante la repetición de esta clase de hechos vuelve a aparecer, ahí, bien expuesto, que es una realidad a la que el ámbito del fútbol le debe todavía ocupación, respuestas más rápidas y, sobre todo, dejar de dar la sensación de que su primer reflejo ante estos casos es el silencio.

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