Franco Colapinto no solo correrá este fin de semana en el Gran Premio de Estados Unidos: también lo hará llevando en su cabeza una parte de la historia grande del automovilismo argentino. El piloto de Pilar presentará un casco homenaje al legendario Torino y a la “Misión Argentina” que, en 1969, marcó una epopeya inolvidable en las 84 horas de Nürburgring.
El diseño, con los colores característicos y líneas que evocan al mítico “Toro”, rinde tributo a aquel auto que enamoró al país y que representó a la industria nacional en una de las carreras más exigentes del planeta. Pero más allá del homenaje visual, Colapinto busca revivir el espíritu de aquel equipo argentino que, liderado por Juan Manuel Fangio y Oreste Berta, desafió a las potencias europeas y dejó huella en el “Infierno Verde”.
Aquel Torino, nacido en 1966 como una adaptación del AMC Rambler American, fue una joya de la ingeniería nacional producida por Industrias Kaiser Argentina. Con Fangio como símbolo y un grupo de pilotos que marcaron época, Copello, Di Palma, Franco, Perkins, entre otros, el auto sorprendió al mundo al liderar gran parte de la carrera y finalizar cuarto en la clasificación general, imponiéndose en su categoría.
Más de medio siglo después, Colapinto rescata ese legado desde otro escenario, la Fórmula 1. En Austin, su casco será una declaración de identidad: una manera de recordar que el automovilismo argentino tiene una historia tan rica como legendaria.