¿Quiere recibir notificaciones de alertas?

Miércoles 08 de Octubre, Neuquén, Argentina
Logo Am2022
PUBLICIDAD

Russo, Riquelme y Boca: una historia que seguirá latiendo

De ganar Libertadores 2007, junto a un Román brillante, al reencuentro con su amigo ya como dirigente. Una historia marcada por la fe, los títulos y las segundas oportunidades.

Miércoles, 08 de octubre de 2025 a las 19:51
PUBLICIDAD

Hay vínculos en el fútbol que trascienden los contratos. Que se sostienen por la memoria, por los gestos, por los abrazos en los momentos difíciles. El de Miguel Ángel Russo con Boca y con Juan Román Riquelme es uno de esos lazos que parecen estar escritos en el ADN azul y oro.

La historia comenzó a fines de 2006, cuando el “Palomo” llegó a la Ribera para reemplazar a Ricardo La Volpe. Boca venía golpeado y necesitaba un conductor con calma y jerarquía. Lo encontró en Russo. Pero el golpe de efecto fue otro: el regreso de Riquelme, el 10 eterno, que volvió a préstamo para disputar la Copa Libertadores de 2007. El resultado fue una obra maestra.

Ese equipo, con un Román brillante y un DT que entendía su esencia, arrasó en América. El 5-0 global frente a Gremio sigue siendo el triunfo más amplio en una final del torneo continental. Aquella noche en Porto Alegre, Russo levantó el trofeo y Boca se coronó campeón de América por última vez. Después vendría el adiós del 10 y la caída ante el Milan en Japón. Fue el final de un ciclo, pero el inicio de un vínculo que no se rompería.

Años después, en 2019, la vida los volvió a unir. Riquelme ya no estaba en los botines, sino en el escritorio, como vicepresidente y cabeza del Consejo de Fútbol. Boca había perdido el rumbo tras el golpe de Madrid y la eliminación con River. Román, fiel a su estilo, buscó confianza y memoria. Llamó a Miguel. “Cuando entrás a Boca, no te desean suerte. Te dicen que hay que ganar la Libertadores”, había dicho Russo al asumir.

Su segundo ciclo comenzó con gloria: campeón de la Superliga 2019/2020 arrebatándosela a River en la última fecha, y luego la Copa Diego Maradona. Sin embargo, la vara estaba alta y las eliminaciones en la Libertadores 2020 y 2021 marcaron su salida.

Hoy, el destino vuelve a cruzarlos. Russo dejó San Lorenzo tras un paso correcto pero sin títulos y se prepara para iniciar su tercera etapa en el club de sus amores. El mismo que lo vio campeón, el mismo que lo despidió dos veces, el mismo al que siempre vuelve.

A los 69 años, el técnico que en 2017 enfrentó y venció un cáncer de próstata, vuelve a calzarse el buzo xeneize. Esta vez con otro desafío por delante: recuperar la mística de un Boca que lleva tiempo sin brillar en los grandes escenarios. En el horizonte aparece el Mundial de Clubes, con Benfica y Bayern Munich como rivales.

Riquelme y Russo se reencuentran, otra vez, bajo la misma bandera. Ya no como técnico y jugador, ni como jefe y empleado. Sino como dos viejos socios de una historia que los une más allá del resultado.

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD