La pelota todavía no empezó a rodar en los playoffs del Clausura y la AFA ya tiró la primera bomba. A horas de que se abran los octavos de final, la casa madre anunció un cambio clave respecto al Apertura: en caso de empate en los 90 minutos, los equipos deberán disputar un alargue de 30 minutos,dos tiempos de 15, antes de llegar a la “ruleta rusa” de los penales.
El nuevo reglamento aplicará desde esta primera instancia eliminatoria, una variante fuerte si se toma en cuenta que en el Apertura todas las definiciones, salvo la final, fueron directamente a los doce pasos. El recuerdo está fresco: Boca eliminó a Lanús desde el punto penal en octavos, San Lorenzo hizo lo propio ante Argentinos y Platense dejó afuera a River en cuartos. Ya en semifinales, Huracán se impuso por la misma vía ante Independiente. En resumen: más tandas que goles.
Según trascendió, la intención oficial sería promover un juego más valiente, sin equipos especulando para llegar a la definición desde el punto blanco. Sin embargo, el cambio aterriza en un contexto de críticas a la AFA por la acumulación de decisiones intempestivas y polémicas que alimentan sospechas y tensiones. En un fútbol donde cada modificación se lee con lupa y a veces con desconfianza, la novedad llegó como un pase filtrado en un superclásico: genera ilusión… pero también ruido.
La diferencia respecto al torneo pasado es sustancial: mientras que en el Apertura el tiempo suplementario solo estaba previsto para la final, que Platense ganó en los 90 con gol de Guido Mainero, ahora será obligatorio desde los octavos. Es decir, este fin de semana la hinchada no solo tendrá que preparar la garganta: también el reloj.
La decisión, guste o no, cambiará la forma de competir. Más desgaste físico, más espacio para el héroe inesperado y más margen para que el partido se decida en la cancha. Lo que sigue sin resolverse es si este giro es un intento genuino por mejorar el espectáculo o apenas otra jugada de pizarrón que beneficia a algunos más que a otros.
Mientras tanto, los equipos ya ajustan su libreto para un certamen que arranca con novedades y en medio de un clima espeso. El Clausura promete emociones, polémicas y, ahora, media hora más de sufrimiento. Porque, en el fútbol argentino, siempre hay tiempo para el alargue.