El duelo entre Inter Miami y New York City dejó mucho más que un final de conferencia. El foco se lo llevó el cruce entre Lionel Messi, Rodrigo De Paul y Maximiliano Moralez, una escena cargada de tensión que terminó recorriendo el mundo. Y mientras en redes se multiplicaban las críticas a La Pulga por su carácter dentro de la cancha, el propio Messi eligió salir a dar una explicación que buscó descomprimir, aunque volvió a encender la polémica.
“Siempre fui así. Afuera soy tímido, pero adentro me transformo”, afirmó Messi, intentando bajar el tono después de un enfrentamiento que, para muchos, lo mostró más áspero de lo habitual. El capitán, que defendió a De Paul en plena discusión, admitió que su temperamento competitivo lo lleva a reaccionar de manera impulsiva: “Juego para ganar y a veces uno no controla las emociones. Pero queda todo ahí”.
Del otro lado, Maxi Moralez salió bien parado del episodio. Lejos de achicarse ante dos campeones del mundo, el ex Racing y Vélez se mantuvo firme, habló de igual a igual y mostró la personalidad que lo convirtió en referente en la MLS. Su postura, incluso en inferioridad numérica, despertó respeto entre propios y ajenos, que destacaron la actitud del enganche de New York City para bancar el cruce sin retroceder un metro.
Mientras Messi intentó explicar que no hubo mala intención, lo cierto es que el momento dejó expuesta una grieta futbolera que venía creciendo: ¿se volvió demasiado provocador el capitán argentino? ¿O simplemente sigue mostrando esa competitividad que siempre tuvo? La reacción de Moralez, que no entró en provocaciones pero tampoco bajó la mirada, aportó una dimensión distinta al conflicto.
El episodio ya quedó instalado como uno de los más picantes del año en la MLS. Y aunque Messi aseguró que “todo queda dentro de la cancha”, la discusión promete seguir abierta, con Moralez ganando reconocimiento por su postura y Messi intentando recuperar la calma en una liga que cada semana le presenta nuevos desafíos de carácter.