Sólo el talento de sus jugadores mantendrá a salvo al fútbol brasileño de la grave crisis institucional que se pretende maquillar con la llegada del reconocido técnico Carlo Ancelotti a su Selección mayor.
La Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) está actualmente intervenida, con una presidencia transitoria que cayó en manos del ex vicepresidente Fernando Sarney. Antes, el electo Ednaldo Rodrigues había sido denunciado por malversación en las elecciones del 2022, pero luego obtuvo un documento firmado por diferentes autoridades con el fin de mantenerse en el cargo y avanzar en cuestiones claves, como por ejemplo la elección del entrenador que reemplazaría a .
Así fue que se avanzó en la contratación de Ancelotti, dispuesto a salir del Real Madrid seducido por la chance de llegar a una de las selecciones más seductoras del planeta. Para ello, además de lo deportivo, hubo una importantísima oferta económica sobre la mesa y la firma se acordó para el próximo domingo 25 de mayo.
En la interna Rodrigues-Sarney por el poder, se denunció la falsedad de una de las firmas al pie del documento que ponía a salvo al último Presidente elegido por los clubes, específicamente la de Antonio Carlo Nunes, ex mandamás de la CBF.
El pedido también tuvo apoyo político por parte de una disputa cercana al presidente Lula Da Silva, con el recelo que siempre tiene la FIFA antes este tipo de sucesos.
Habló con los dos
Por lo pronto, el domingo 25 habría elecciones por la presidencia. Ese fue el llamado que hizo de inmediato Sarney, en sus primeros días de intervención. Pero de lado de Rodrigues recusaron judicialmente el llamado y todos se preguntaron por el destino final de Ancelotti.
Aún es España, el ex marcador central se expresó en redes con tranquilidad. Aseguró tener un compromiso con la Confederación y no con los presidentes, por lo que hasta el momento todo indica que asumirá previo a la próxima fecha por las eliminatorias sudamericanas al Mundial de Estados Unidos, Canadá y México.
Pero lo que en realidad sucede es que tanto Rodrigues como Sarney coinciden en su elección y es por eso que su arribo no corre riesgos.
Dese el plano deportivo, Brasil marcha cuarto con 21 puntos y jugará el 9 de junio como local ante Paraguay que está quinto con las mismas unidades y el 14 del mismo mes visitará a Bolivia en la altura. Los del altiplano se juega casi su última chance ya que suman apenas 14 unidades, pero apuntan a la localía como para mantener alguna ilusión.