No pudo haber imaginado un debut más redondo. Maximiliano Salas, flamante refuerzo de River, convirtió su primer gol con la banda roja en la victoria ante Platense y celebró a lo grande: recreó el icónico festejo de rodilla al suelo y dedo al cielo que inmortalizó el chileno Marcelo Salas en sus años dorados en Núñez.
El gesto no pasó inadvertido. Apenas horas después del partido, fue el propio Matador quien tomó la palabra desde sus redes sociales: "Un abrazo, Maxi. Gracias y mucho éxito en nuestro querido River Plate", escribió el exgoleador, leyenda viva del club que brilló en los '90 con el tricampeonato y la Supercopa 1997, y que volvió para consagrarse otra vez en 2004.
“Fue para recordar al Matador. Un jugadorazo, todo lo que hizo en River fue tremendo”, dijo Maxi tras el partido, visiblemente emocionado. Nacido en 1997, el año en que el chileno marcaba época en River, el delantero no dudó en rendir tributo a quien muchos consideran uno de los mejores extranjeros en la historia del club.
Salas y Salas. Dos delanteros de distintas épocas y estilos, pero con algo en común: un apellido que ya hizo vibrar al Monumental. El primero escribió su historia. El segundo empieza a soñar con la suya.