Antes de armar las valijas rumbo al Real Madrid, Franco Mastantuono se tomó un recreo en su Azul natal. No fue para descansar, sino para volver a un viejo amor: el tenis. Sí, el pibe que deslumbró a todo River se calzó las zapatillas, agarró la raqueta y se fue a pelotear, como en los viejos tiempos.
Con apenas 17 años, Mastantuono ya cerró su etapa en Núñez. Se despidió entre lágrimas tras la caída ante Inter en el Mundial de Clubes, y ni bien volvió el plantel a entrenar, él ya no estuvo. La cabeza, y el pasaporte, apuntan a Europa: lo espera nada menos que el club más ganador del mundo.
Pero antes, un paso por casa. Este domingo por la mañana, en el Club de Remo de Azul, Franco se cruzó en la cancha con Bautista Vilicich, un tenista balcarceño que compite en el circuito de
Porque sí, aunque hoy lo veamos como una joya del fútbol, Mastantuono fue un prodigio con la raqueta. Top ten nacional entre los 11 y 12 años, jugaba al tenis y al fútbol al mismo tiempo. Hasta que eligió la pelota número cinco, River le abrió la puerta y el resto es historia reciente.
Ahora el futuro está en España. Se va al Real Madrid y Xabi Alonso ya le guarda un lugarcito. Mientras tanto, el chico de Azul disfruta de sus últimos días en el pago chico, recordando que antes de romperla en el verde césped, también supo brillar en polvo de ladrillo.