En lo que fue una verdadera hazaña, el argentino Francisco Comesaña se repuso de una descompostura y terminó venciendo 6-7 (4), 6-4 y 7-5 al local Reilly Opelka y avanzar a octavos del Masters 1000 de Cincinnati. El marplatense sintió un malestar debido al intenso calor, vomitó y debió ser asistido cuando estaba 4-3 arriba en el segundo set, sin embargo reapareció para terminar sellando su primer pase a octavos de final en un certamen de esta categoría.
El Tiburón, único argentino que continúa en el torneo, superó los 32 grados en la ciudad perteneciente al estado de Ohio, con una sensación térmica que rozaba los 35°, además de un rival cuya fortaleza en el saque se hizo sentir durante aquel primer parcial. Comesaña tuvo un set point en el décimo juego, pero Opelka pudo salir airoso. Ya en el 5-5 comenzaron ciertos errores de ambos y el argentino fue quebrado pero se recuperó para llevar la manga a un tiebreak que, sin embargo, quedó para el norteamericano 73° del mundo.
En el segundo parcial fue que apareció el percance de Comesaña. Cuando se aprestaba para sacar en el octavo game sintió algunas nauseas y debió ser atendido por por el personal médico. El calor le pasó factura al Tiburón, que frenó el juego repentinamente y se dirigió hacia los bancos, sin siquiera poder hablar con el umpire. Rápidamente, una asistente le acercó una bolsa de plástico para que en un rincón pudiera vomitar sin la exposición de las cámaras. Varios minutos más tarde, volvió a la cancha y terminó sacando ventaja de un quiebre en el séptimo game para ganar el set 6-4 e igualar la historia.
A pesar de que Opelka inició mejor aprovechando cierto desgaste del marplatense, hubo un resurgir del 71° del mundo. Comesaña pasó de estar 1-4 acercarse al 4-5 con su servicio, salvando un match point. Allí fue que el encuentro se suspendió por una lluvia repentina que duró alrededor de una hora, algo que, lejos de distraer al Tiburón, lo hizo volver mejor a la definción del duelo
Al principio con dificultades, el argentino sostuvo su saque evadiendo dos nuevos puntos de partido e inmediatamente quebró aprovechando las dudas de su rival. Así fue como, de repente, el albicelester quedó a solamente un juego de llevarse el encuentro. Con autoridad, Comesaña se hizo con el game definitivo, redondeando el 7-5 final y una victoria con tintes épicos que lo depositó por primera vez en octavos de un Masters 1000.