Un hombre que le clavó una botella de cerveza rota a otro en el cuello el pasado domingo fue imputado por homicidio simple en grado de tentativa. El hecho ocurrió al mediodía en la ciudad San Martín de los Andes, cuando un altercado entre dos hombres terminó con uno de ellos gravemente herido. Durante una audiencia realizada este martes, la jueza de garantías Laura Barbé decidió abrir la investigación penal preparatoria por un plazo de cuatro meses.
Según la acusación presentada por la asistente letrada del Ministerio Público Fiscal, Lucía Lucero, el incidente ocurrió cuando A.G.C. y L.C.H. se encontraban compartiendo bebidas alcohólicas en la vereda de una despensa ubicada en la intersección de las calles Leopoldo Rodríguez y Rivadavia. Por motivos aún no esclarecidos, se desató una discusión que culminó en una agresión por parte de A.G.C., quien rompió una botella de cerveza y le asestó un golpe en el cuello a L.C.H.
La víctima intentó cubrirse la herida con sus manos mientras huía, pero A.G.C. lo persiguió con la intención de continuar la agresión. L.C.H. debió ser intervenido quirúrgicamente y se encuentra actualmente internado en terapia intensiva.
La defensa de A.G.C. se opuso a la calificación de homicidio simple y solicitó que se lo acusara de lesiones graves, argumentando que no hubo testigos del hecho y que la botella rota no necesariamente constituye un instrumento que implique la intención de matar. Sin embargo, la jueza Barbé rechazó esta solicitud y subrayó que un corte en el cuello, realizado con una botella rota, es un ataque con un elemento potencialmente mortal en una zona vital del cuerpo. Por este motivo, consideró que la imputación por homicidio simple en grado de tentativa era la calificación adecuada en este contexto.
Además, la jueza dictó prisión domiciliaria por dos meses para A.G.C., en base a los riesgos de entorpecimiento de la investigación. Lucero detalló que, tras el ataque, el imputado se dirigió a su hogar, se cambió de ropa y lavó las prendas que había usado durante el incidente, las cuales habían sido captadas por cámaras de seguridad en la zona.
Esta conducta fue interpretada como un intento de obstaculizar la averiguación de la verdad. A.G.C. también tiene antecedentes penales, lo que implica que cualquier condena futura implicaría un cumplimiento efectivo de pena.
La investigación sigue su curso mientras se recopilan pruebas y testimonios que permitan esclarecer los motivos detrás de esta agresión, que dejó a la víctima en un estado crítico y plantea interrogantes sobre la naturaleza del enfrentamiento entre los involucrados.