El siniestro vial que el viernes pasado dejó cuatro víctimas fatales en la Ruta Nacional 22, a la altura de Allen, sigue dejando consecuencias humanas imposibles de dimensionar. Mientras avanza la investigación judicial por el hecho, un pedido conmueve a la comunidad: un familiar directo de las personas fallecidas pidió en redes sociales que lo ayuden a recuperar una valija azul que se desprendió del vehículo y que contenía una computadora con recuerdos irremplazables.
El mensaje, que se viralizó en pocas horas, expone otra dimensión del drama que golpeó a la familia: la necesidad de rescatar objetos que sobrevivieron al incendio que consumió por completo la camioneta en la que viajaban las víctimas.
El pedido que se viralizó
En una publicación en sus redes, el familiar escribió: “Holaa vecinos soy hijo, hermano y papá de los fallecidos del accidente de la Ruta 22 y quería ver para que se haga viral si me pueden o saben quién agarró una maleta que tenía en el baúl, que se voló en la ruta, que no se logró quemar y creo que es la de mi hermana que llevaba su computadora y tenía muchos recuerdos en fotos de la familia. Desde ya muchas gracias, pido que compartan, de verdad necesitamos esa computadora.”
El pedido rápidamente se multiplicó en grupos de la región del Alto Valle. Para la familia, esa computadora contiene fotos, videos y documentos personales que representan la memoria íntima de quienes murieron en el siniestro.
En tanto, fuentes policiales consultadas por Mejor Informado confirmaron: “El valijín está, pero la computadora no fue encontrada" en el lugar del siniestro vial.
La aparición de la maleta sin su contenido principal abre dos posibilidades: que haya sido tomada por alguien que pasó por el lugar antes del operativo, o que la computadora se haya desprendido durante la explosión y aún no haya sido hallada.
La familia solicita que, si alguien la encontró o tiene información, la entregue en cualquier comisaría.
Un siniestro devastador: así ocurrió el choque
El accidente ocurrió el viernes 21 de noviembre alrededor de las 7, en el kilómetro 1204 de la Ruta 22. Una camioneta que circulaba en sentido oeste-este impactó a alta velocidad contra una Ford EcoSport detenida en el carril izquierdo, provocando un desplazamiento de más de 37 metros y un incendio inmediato que consumió el vehículo en segundos.
En el lugar murieron una mujer de 60 años, otra de 30, y dos niños —una niña y un niño— que, según los primeros informes forenses, fallecieron por inhalación de hollín.
Los cargos contra el conductor acusado
En audiencia realizada el domingo, el Ministerio Público Fiscal imputó a Axel Adrián “Chinito” Araneda, el conductor de la camioneta, a quien acusó de un homicidio culposo cuádruplemente agravado, por exceso de velocidad (mínimo superior a 170 km/h), conducir bajo los efectos de estupefacientes y con alcoholemia positiva, aún tres horas después del hecho y por la cantidad de víctimas fatales.
La acusación sostiene que el imputado conducía “en forma imprudente y antirreglamentaria”, utilizando su teléfono celular instantes antes del choque.
Además, la Fiscalía presentó abundante evidencia: actas del procedimiento del Cuerpo de Seguridad Vial, elementos secuestrados en la camioneta (celulares, un bidón), allanamientos donde se encontraron más teléfonos y armas de fuego. Un testigo dijo haber sido sobrepasado por el acusado a altísima velocidad mientras él circulaba a 120 km/h. Además de pericias accidentológicas que confirman la violencia del impacto.
También forma parte de la investigación las imágenes de las cámaras de seguridad de un bar de Allen donde se lo vio ingresando a las 3 y saliendo a las 5 de la madrugada.
La jueza de garantías tuvo por formulados los cargos y ordenó prisión preventiva por riesgo de fuga.
Un pedido que trasciende la causa judicial
En medio de un proceso judicial que recién comienza y de un dolor creciente, la familia concentra hoy su energía en un pedido sencillo pero emocionalmente enorme: recuperar la computadora donde estaban los recuerdos de sus seres queridos.
La búsqueda continúa y el mensaje circula cada vez más: “No queremos nada más. Solo esa computadora, por favor.”