El fútbol argentino siempre tiene historias curiosas que lo pintan de cuerpo entero. Este domingo, en medio de la fecha 5 del Torneo Clausura, fueron los hermanos Auzmendi quienes se robaron una parte del guion: Rodrigo, con la camiseta de Banfield, y Agustín, con la de Godoy Cruz, marcaron en distintos partidos y dejaron su apellido escrito en la jornada.
La coincidencia no es menor: no es habitual ver a dos hermanos jugando en Primera División y mucho menos que ambos conviertan en la misma fecha. Rodrigo, el menor, nacido en marzo de 2001, apareció en La Fortaleza para iniciar la remontada del Taladro contra Estudiantes. Banfield caía 0-2, pero el delantero descontó con un anticipo en el segundo palo y luego asistió a Lautaro Ríos para empatar el partido. Finalmente, el equipo de Pedro Troglio ganó 3-2 y sumó puntos vitales en la lucha por la permanencia.
Un rato más tarde, en Núñez, su hermano mayor también hizo ruido. Agustín, nacido en 1997 y con un largo recorrido por el ascenso argentino y el fútbol de Honduras, se despachó con un doblete ante River. Primero definió tras un centro atrás y luego marcó de penal, aunque sus goles no alcanzaron: Godoy Cruz cayó 4-2 en uno de los encuentros más atractivos de la fecha.
Ambos, nacidos en Adolfo Gonzales Chaves y con paso previo por el fútbol centroamericano, encontraron en el Clausura argentino una nueva vidriera. Rodrigo, tras sus pasos por Chile y Honduras, llegó a Banfield en este mercado de pases y ya suma dos tantos en cuatro partidos. Agustín, en tanto, es el goleador del Tomba en la Sudamericana y empieza a hacerse un nombre en el torneo local.
La postal que dejó la jornada es de esas que invitan a la ironía: mientras River y Banfield festejaban, los Auzmendi se llevaban la medalla familiar.