La ceremonia del Balón de Oro 2025 dejó más repercusiones fuera del escenario que dentro de él. Tras la consagración de Ousmane Dembélé como mejor jugador del mundo, Mounir Nasraoui, padre de Lamine Yamal, salió al cruce con declaraciones que generaron un verdadero terremoto en España y en el fútbol europeo.
“Aquí ha pasado algo muy raro”, lanzó en diálogo con el programa “El Chiringuito”. Y fue más allá: “No diré robo, pero es el mayor daño moral a un ser humano”. Sus palabras reflejan la bronca por ver a su hijo de apenas 18 años en la segunda posición, a pesar de haber firmado una temporada brillante con el Barcelona y la selección española.
Nasraoui no dudó en remarcar que para él no hay comparación posible: “Creo que Lamine Yamal es el mejor jugador del mundo con mucha diferencia. No porque sea mi hijo, sino porque es el mejor jugador del mundo, no hay rivales”. Incluso dejó un aviso de cara al futuro: “El año que viene será el Balón de Oro español”.
La joven estrella del Barça anotó 18 goles y repartió 25 asistencias en la 2024/25, siendo clave en la conquista de LaLiga, la Copa del Rey y la Supercopa de España. Además, guió al equipo hasta las semifinales de la Champions League y tuvo un papel protagónico en la selección española que alcanzó la final de la Nations League.
Dembélé, en cambio, brilló con la camiseta del PSG con una temporada arrolladora: 35 goles, 14 asistencias y títulos en todas las competencias, incluida la UEFA Champions League. Ese peso en los números y en los trofeos fue lo que inclinó la balanza en su favor.
Lo cierto es que más allá de las estadísticas y de los premios individuales, la polémica está servida: el Balón de Oro que ganó Dembélé dejó una herida abierta en la familia Yamal y promete seguir dando que hablar.